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Matrimonios

5 tradiciones de la fiesta del matrimonio que ya no se realizan

Aunque todavía se conservan varios ritos nupciales, hay algunos que se han ido borrando en su esencia original y otros readaptándose de acuerdo a los nuevos tiempos.

Taillevent

Como ningún otro, el intercambio de anillos de matrimonio es un evento plagado de tradiciones, supersticiones, protocolos, mitos y costumbres. Desde la pedida de mano con el anillo de compromiso, hasta zurcir la última puntada del vestido de novia minutos antes de caminar hacia el altar, en augurio de buena suerte.

Son ritos que provienen de años pasados y aunque muchos de ellos han transcendido, otros simplemente se han ido quedando en el camino. Aquí te contamos cuáles son aquellas tradiciones de la fiesta que en su formato original ya no se realizan.

1. Recaudar dinero

Patricio & Luz

Seguramente muchos agradecen que esta práctica esté pasando al olvido. También conocida como “el baile del billete”, consiste en destinar una canción extensa, entre medio de la recepción, para que los novios recauden dinero para la nueva vida que les espera.

La costumbre indica que si un invitado quiere colaborar, debe sacar a bailar a la novia y pender de su vestido un billete con un alfiler. Y, por el contrario, si es una invitada la que desea aportar, entonces debe hacer lo mismo, pero con el novio. La idea es bailar un fragmento corto de la canción para que varios alcancen a entregar dinero.

Hoy en día, si bien no es lo habitual, todavía existen algunas parejas en el mundo que mantienen esta costumbre, ya sea por necesidad, por diversión o por amor a las raíces. Eso sí, muchos han reemplazado el alfiler por dejar sobres para el aporte en las mesas.

2. Novias de blanco

Danilo Figueroa

El color blanco se coronó como el único apto para rituales de matrimonio en el siglo XX y desde ahí se mantuvo estoico por décadas. Símbolo de pureza, inocencia y virginidad, la novia debía vestir de blanco de pies a cabeza, incluyendo velo y zapatos, como una forma de honrar y respetar al hombre que la llevaría al altar.

Y aunque en la actualidad el blanco sigue siendo el color preferido por las futuras esposas, pero por tradición y no por significado, lo cierto es que esta costumbre está lejos de respetarse como antaño. De hecho, es cosa de ver los catálogos de vestidos de novia 2019 y enumerar los múltiples tonos en los que es posible encontrar diseños: rosa palo, champán, nude, plata, beige, vainilla, crema, gris humo y celeste, entre varios más.

La tendencia de incorporar color en el vestuario es una de las que más fuertemente ha calado en el universo nupcial en los últimos años.

3. Moneda en el zapato

Ricardo Enrique

Durante el intercambio de anillos de oro y la fiesta posterior, la novia debía llevar puesta una moneda de plata en el zapato izquierdo para atraer la buena fortuna.

En concreto, la contrayente realizaba este acto en augurio de seguridad económica y prosperidad financiera durante el matrimonio, aunque se desconoce por qué lo hacía la mujer y no el hombre.  Esta tradición se remota a siglos pasados y es una de las que no logró sobrevivir al paso de los años.

4. Rapto de los novios

Belen Paola

Seguro que los novios millennials desconocen este rito, pues se ha ido desvaneciendo también con el tiempo. La tradición indica que, una vez que se ha partido la torta de matrimonio, alguien entre los invitados se encarga de tomar disimuladamente la figura de los novios y se la roba. Los recién casados no deben saber quién fue, aunque generalmente se trata de un familiar o amigo cercano. Y lo entretenido es que, en el primer aniversario de casados, la persona devuelve los muñecos de la torta, por lo general, con una invitación a cenar o algún regalo.

Si bien, se trata de un rito que en un momento fue muy popular, lo cierto es que poco se realiza en las bodas de hoy porque, aunque suene ridículo, a muchos novios no les agrada la idea de que les rapten a sus muñequitos.

5. Ramo para solteras

Hey Flash

Participar del lanzamiento del ramo de la novia ya no es exclusivo para las solteras, como cuando se inició en Francia durante el siglo XVI. 

Y es que, si bien, la tradición dicta que quien lo agarre se convertirá en la próxima mujer en casarse, en las fiestas de hoy en día se invita a las casadas e, incluso, a los hombres, si así lo decide la flamante esposa.

De hecho, hay matrimonios en los que se arroja más de un ramo, en los que se entrega mediante dinámicas de juego y otros en los que la festejada prefiere guardarlo de recuerdo, igual que las copas de novios y una copia del parte nupcial.

Básicamente, este rito se ha ido readaptando con los años. Y aunque se le han ido añadiendo elementos más lúdicos, la realidad es que el ramo sigue siendo el trofeo más preciado de la celebración.

Mientras no desaparezcan de raíz, siempre es bueno darle una vuelta a las tradiciones para adaptarlas a los tiempos de hoy. Es el caso de los votos nupciales, que si bien antes eran bastante rígidos, hoy en día es posible reescribirlos con frases de amor de autoría de los propios contrayentes. O en vez de los clásicos encintados de matrimonio, entregar a cada invitado un souvenir personalizado.

Ya sean en su versión original o en formato remozado, lo cierto es que las tradiciones son parte del rito nupcial y nos encantan. Ojalá menos costumbres se pierdan y más se traspasen de generación en generación.