El matrimonio de Sebastián y Claudia en Villa Alemana, Valparaíso

Nos tuvimos que devolver a mitad del camino porque se me había quedado el ramo, no podía faltar, así fue como a las 8.10 llegue a la iglesia y me estaban esperando para ponerme el velo. Tenía cortejo, por lo que vi entrar a nuestros amigos y familiares como lo había soñado y subiendo las escaleras del brazo de mi padre. Solo buscaba los ojos de mi novio para sentirme segura, la iglesia elegida es chiquita, por lo que se veía llena y tan bella con los invitados, la decoración y, sobre todo, con mi novio esperándome.

La ceremonia fue preciosa, las lecturas elegidas por nosotros, los cantos y los votos personalizados fue lo mejor, escuchar palabras tan bellas de quien amas fue maravilloso. Luego, mi sobrina de 1 año y 10 meses entregándome las argollas, algo inolvidable y en los abrazos que recibí.

Una vez terminada la ceremonia sentí el cariño de cada persona y que compartían nuestra felicidad. Una vez que llegamos al centro de eventos, solo queríamos llegar y estar con nuestra gente favorita. Escuchamos las canciones elegidas para cada momento y vimos a nuestros familiares sonriendo. El centro de eventos estaba iluminado de tan bella manera, y así comenzamos con el vals. Bailamos nosotros, con nuestros padres, suegros, hermanos y abuelos, fue maravilloso compartir ese momento.

Y así luego del brindis de mi hermanos y sobrinos de mi ahora esposo, realizamos nuestro brindis para pasar a sacarnos fotos con cada mesa y para seguir con la cena. En el momento de las fotos tuvimos una complicación que hizo que mi novio se molestara bastante y tuviéramos que entrar al salón sin música y sin poder hacer un nuevo brindis, ya que todos ya queríamos cenar. La cena muy rica y el servicio genial. En el postre ya hicieron unos juegos muy entretenidos que prendieron a los invitados, para luego seguir con el video que hicimos nosotros mismos, y así ya partir con la fiesta que era lo que más queríamos.

Ver disfrutar a nuestra familia y amigos bailando y bebiendo… Nos preocupamos bastante el tener una barra bien variada y sacándole el jugo a la cabina fotográfica, y así fue. La fiesta fue hasta las 5 am y a esa hora aún éramos bastantes los que quedaban. Tiramos 2 ramos y 2 whisky, para casados y solteros, ya que en nuestros invitados eran más casados y no los quisimos dejar fuera, y para que fuera más justo como a los hombres se les regalaba whisky y a las mujeres les regalamos manicure. Yo y mi esposo lo pasamos genial, disfrutamos a concho todo, y aunque hubo pifias no me hice problema, sabía que no dependían de mi por lo que solo disfruté. Ese es el "resumen" de mi día, me extendí harto, pero al comenzar a escribir uno se entusiasma, se revive el día.