El matrimonio de Felipe y Francisca en Maipú, Santiago
De noche Otoño Verde 3 profesionales
F&F
07 Abr, 2018La crónica de nuestro matrimonio
El gran día comenzó nublado y me temía que permaneciera así o incluso que se pusiera a llover...aunque luego pensé que sería divertido y me relajé. Grabé algunos videos con mi celular de "son las 10:00 y estoy tomando desayuno, no me he terminado de arreglar ni me he duchado" a través del día. Lo que no sabía era que ese desayuno sería lo último más o menos contundente que comería hasta la cena del matrimonio (comí unos huevitos de pascua con relleno de frutilla, pero no eran el gran aporte).
¿Les dije que no tenía ramo?, ¿no? Bueno, se supone que el ramo iba a estar ese mismo día a las nueve de la mañana y había que ir a buscarlo a Peñalolén y mi casa está en San Miguel. El problema no era ese, el problema es que era feo (recuerden esa canción de Arjona) y a esas alturas del sábado ya lo sabía, el drama había sucedido el día anterior mientras ensayábamos el baile con Felipe por primera y última vez en su casa y Donato (encargado del local de matrimonio que arrendamos) nos llama para que fuéramos a dejar las últimas cosas para el candy bar que nosotros queríamos poner por nuestra cuenta, las copas decoradas por nosotros, etc. y de camino la florista me manda unas fotos inocentes para que viera como iba encaminado el ramo y me quería poner a llorar cuando las vi (bueno, es una reacción un poco exagerada para ver un ramo, pero las que están a un día de casarse podrían entenderlo) y lo peor es que no era llanto de "que lindas son!" sino de "santa madre que me trajiste al mundo, está muy mal!". Hace unos meses me hubiese conformado y dicho, ok, no es de mi gusto, pero seguro que alguien pensará que está lindo. Pero mi mamá me dijo poco antes de ese momento: estamos pagando por un servicio, no te están haciendo ningún favor, si no te gusta lo que hacen debes decirlo y corregirles para que hagan lo que les pides, no otra cosa. Así que, el mismo viernes al volver a la casa, le dije a la señora con mucha pena que no me gustaba el ramo y ella me preguntó qué cosa le sacaba que no me gustara, a lo que le respondí algo que en resumidas cuentas decía "si vamos a empezar así voy a terminar con el puro tallo". Después ella me dice que me hace el ramo gratis por hacerme pasar el mal rato y me sentí pésimo con eso, porque lo último que yo quería era que desmereciera su trabajo solo porque no lo hizo como yo quería, a lo que me contacté con mi mamá (porque la florista era amiga de mi mamá y gracias a ella me conseguí a alguien que me lo hiciera, a todo esto, mis amigos de la universidad me pagaron el ramo como regalo de matrimonio, así que me sentía peor todavía porque no estuviese saliendo todo como se esperaba) y ella habló con la señora y esa pequeña historia termina con la devolución del dinero y una señora muy indignada.
Seguir leyendo »¿Así qué, cómo lo hice con el ramo? Bien, el plan era correr esa mañana de sábado a la pérgola cerca del Mapocho para comprar flores y nosotras mismas hacer el ramo (mi mamá y yo). Pero sucede que apenas llamé a mi mamá el viernes para contarle el asunto, ella parte al centro de Puente Alto para comprar flores, las que le tincaran y viera más parecidas a los tantos ramos por los que le había pedido su opinión y se llevó unas cuantas rosas blancas, azules, otras flores que no recuerdo el nombre moradas, lilas y más azules y aliento de bebé. Por lo que el sábado mi mamá llega a la casa de San Miguel con el carruaje hecho por ella misma en alambre y metal para llevar los anillos (un carruaje que tenía la mecánica de poder moverse como uno real a medida que el pajecito lo tirara con una cinta, o sea, le funcionaban las ruedas), los anillos grabados (que ella también grabó), mi vestido (que ella arregló), el suyo, el de mi hermana, el de una tía y las dichosas flores, cosa que mientras me fui a hacer la manicure a la esquina (suena feo, pero me conseguí hora ahí no más, era accesible, en cuanto a dinero y que quedaba cerca de la casa) donde pedí hora a las once y salí como a las una con unas bellas uñas luciendo un degradé de azul.
Llegué a la casa y mi mamá me tenía el ramo más o menos hecho, bastante lindo, le dije que sacara unas flores que estaban un poco rosadas y estaba listo. Ya no tenía que ir a Mapocho. Una cosa menos.
Tenía que hacer el bolsito con cosas para la noche de bodas y cosas de emergencia, además de zapatos cómodos, algo para abrigarme, etc, etc. Nunca compré nada para abrigarme en realidad así que escogí un abrigo al que llamo "la llama" por si me daba frío (lo llamo así porque es color crema y peludo, como de sherpa en los puños y pelo sintético el resto).
Todavía no me duchaba, ni embetunaba ni me embellecía lo suficiente y les dije a las chicas que harían de mí una mujer digna físicamente para Felipe que llegaran a las tres y eran como las una y media, y me quería desteñir una mecha que ya tenía desteñida pero que le había crecido la raíz para luego teñirla de azul (para que no me faltaran las cosas azules) y para eso contaba con mi hermana, la reina de las tinturas de pelo de colores a la que justo ese día le fallo la anilina de color azul para hacer la tintura, así que, mi pelo iba a quedar verde en vez de azul. Menos mal que mi hermana es experimentada en esas cosas y sabía que eso pasaría así que dejé el mechón rubio tal y como todos lo conocían. Mejor así, todos me conocían con el mechón clarito y sería raro de azul justo ese día.
Se había acabado el bálsamo. Jesucristo dame bálsamo. Mi mamá llega con bálsamo. Me pude duchar. Las niñas llegaron mientras me duchaba y lo bueno es que eran amigas de antes y estaban felices conversando. Pero antes de seguir les voy a dejar con un paréntesis que me pasó con el tema de "peluquera", y esto se va a alargar un montón si lo digo todo aquí, pero digamos que tenía una peluquera, la contacté como en enero-febrero, y ella me dijo que ok, después me dijo los precios en marzo y yo ok, cuento corto: me pateó un mes antes del matrimonio, no tenía cupo para mí, pero me dejaba con tiempo para conseguir otra. La maquilladora supo y me dijo que tenía un buen contacto que hacía peluquería, pero llegaba en una semana desde que me lo dijo. Esperé y hablé con ella, nos vimos y todo, tenía disponibilidad y cobraba más barato. pero no me gustó como me dejó el pelo y lo averigüe después de que ya había terminado la prueba de peinado y le había dicho que me gustaba. Pero ella viajaba mucho y la prueba n°2 que me podía hacer era dos días antes del matrimonio y el tiempo se me agotaba ¿y si no me gustaba como me dejaba de nuevo? En fin, ella me terminó por peinar, pero no sin que antes pasaran más cosas que contaré en otra ocasión.
Así que siendo como las tres y media partieron cuatro manos sobre mí para dejarme lista lo antes posible con todos los rulos que quería y con la piel que tapara todas mis fallas. Cuando había salido de la ducha me puse unos shorts y un chaleco encima del sostén, un chaleco que se abriera por delante para no tener que arruinar nada para arriba a la hora del vestido. El fotógrafo llegó y comenzó a sacar fotos del making of, donde salgo con el dichoso chaleco andrajoso que pillé por ahí.
A todo esto, no tenía tocado, bueno sí, eran unas orejas de gato de metal con strass, pero me dijeron tantas veces que me iba a arrepentir que las dejé como cotillón personalizado, por lo que me había quedado sin tocado, pero tenía la idea de una semi corona de flores desde atrás para adelante y que no pasara por mi frente. Adivinen que: me lo hizo mi mamá también, de las mismas flores del ramo algo me pudo armar y me gustó, listo, se imprime, se queda.
Y a la hora de tener mi look completo tenía: Algo nuevo: vestido, zapatos. Algo viejo: anillo de mi abuela que me pasó mi mamá a última hora porque un brazalete de la infancia que me intenté poner se me rompió al llevarlo como tobillera y no brazalete. Algo prestado: una pulsera de lapislázuli que me prestó una tía de Felipe cuando me fueron a dejar la noche anterior a mi casa. Me preguntó: ¿y lo tiene todo? Yo: me falta algo viejo y algo prestado, pero ahí veré que hago. Y me pasa la pulsera que anda trayendo y me explica de qué está hecha y que la cuide mucho porque se la había regalado su hijo. Algo azul: la ya mencionada pulsera, mis uñas, las flores de mi ramo.
Llegó el auto que nos había contratado como regalo mi cuñada y yo presupuestaba irme como a las cinco y media para llegar bien y comenzar la ceremonia a las 7 en punto como nos habían puesto como condición en la iglesia. El auto era un descapotable plateado bien bonito, nunca me interesaron mucho los autos ni me fijaba en alguno para ese día, pero agradecía tener algo en que llegar, y que fuese lindo, lo único si es que mi vestido era muy grande, en serio muy grande y el auto como todos los estilos deportivos, era bastante pequeño: solo yo cabía en la parte de atrás, nadie podía sentarse a mi lado porque no cabía, así que el plan irme sentada con mi papá y que el fotógrafo fuese delante se fue por el desagüe.
Y hablando del rey de Roma mi papá no se subía nunca al auto, yo estaba lista, y mi papá nadie sabía dónde estaba o qué hacía, claro, he ahí el por qué las novias llegan atrasadas. Cada segundo que él se demoraba yo me volvía más histérica. Pobre chofer, tuvo que ver una de mis caras más feas aún con tanto maquillaje y esfuerzo de la magnífica Cristi (maquilladora profesional) y soportar mis alaraqueos. Después me disculpé con él, no tenía que andar soportando peleas padre hija por estar trabajando.
Cuando estábamos a medio camino mi papá llama a Felipe para decirle donde estábamos, pero la respuesta que le dio no me la esperaba, había problemas porque él aún no estaba en la iglesia recibiendo a las personas y la música que teníamos preparada se había echado a perder. Así que mi apuro se hizo burbujas que volaron ligeramente en el cielo del 'hacer hora'. Nos dimos unas vueltas, nos quedamos parados un rato, algo piola. Después avanzamos a la iglesia y le indiqué que siguiera de largo para dar una vuelta en U y se metiera a una calle para esperar. Ahí pasaba el rato, y nos dieron las siete en la calle esa porque la música no quería funcionar. Pasada las siete mi mamá llama a mi papá y le dice que ya podemos entrar, a lo que mi papá contesta: "ok, pero Fátima tenemos un problema, tu hija ya no se quiere casar." Y di un brinco gritando "es mentira". Buena hora para hacer bromitas.
Entramos al patio de la iglesia, me ayudaron a bajar ante mi torpeza y lo difícil que el auto me lo puso, mi mamá arregló el vestido y tomé del brazo a mi papá. Que a los tres pasos me pisó el vestido.
Sonaba la canción de entrada que me imaginaba de hace tanto tiempo, el opening de Digimon Adventure en piano. Miré a todos los invitados, había gente que no pude convidar a la fiesta como padres de mis amigos, pero que aún así estaban ahí viéndome entrar, y no puse contener mi sonrisa, que según yo estaba deforme, sentía que no podía más de felicidad. Todos ahí, por nuestro matrimonio con Felipe, llegaron y estaban ahí, era lo más especial. La ceremonia fue larga pero no me di cuenta, el padre nos veía inexperimentados y nerviosos así que nos decía pacientemente todo lo que teníamos que hacer. Y cuando salimos de la iglesia tocaron las campanas.
En la salida recibí abrazos y felicitaciones de los asistentes, se me cayó la liga, mi hermana la guardó, mis rulos murieron después de los abrazos, mi mamá me dijo que me sacara el falso para poder dejarle espacio a mi ahora marido en el auto, supuestamente de camino íbamos a sacarnos fotos en alguna parte, pero no había buena luz. Así que solo llegamos al lugar, antes paramos en un antejardín para ponerme el falso otra vez, sentía que había quedado raro una vez sentada en el auto y que se me veían los chones.
Nos recibió el jefe de camareros en la entrada muy amablemente, esperamos a que más personas que iban llegando se colocaran con los demás invitados en el final de una especie de caminito, sonó la música de nuestra entrada y caminamos hacia ellos, bailamos el vals al ritmo de una canción de Mario, una cuando está en un nivel bajo el agua, versión orquesta y otra del observatorio de Rosalina del mismo juego. La idea era bailar con cada integrante de la familia cercana de Felipe, pero la mitad por alguna razón no estaba, será pos, en un momento que me quedé sin bailarín mi hermana se me acercó y bailamos las dos. Después el brindis, cóctel exquisito con fotos de los que estaba ahí y nos teníamos que apresurar para una sesión de fotos ya que no pudimos hacerla antes, luego entramos al recinto y Mis decoradores estrella de 301 eventos no podrían haberlo hecho mejor. Un bosque con lucecillas, un candy bar de cuento de hadas, mesas elegantes y negras, todo bello bello bello, esperamos a que todos se sentaran en sus mesas para poder comenzar. hicimos una entrada con aplausos y luego agradecimos a micrófono abierto. Se dio inicio a una cena de lo más deliciosa y satisfactoria, además de elegante. De música de fondo teníamos una lista hecha que el dj se encargó de poner mientras comíamos.
Después, mientras todos estaban en sus mesas entregamos los magnetos que Tricila Diseños nos hicieron, las bolsitas las compramos nosotros eso sí, pero eso nos permitió tener más personalización. Me cambié los zapatos de taco alto por un taco menos alto para poder bailar bien sin pisarme mi largo y gran vestido. Hicimos el baile "sorpresa" después del ahora clásico juego de los zapatos donde dicen "quién besa mejor" y uno levanta el zapato del novio o de la novia indicando a quién le va más ese título. Casi me caigo al final y me pise el vestido varias veces por dentro yo misma sin mencionar que olvidamos un paso de baile Y me equivoque en varias ocasiones, aún así, salió bastante bien para haberlo creado/ensayado el día anterior nada más.
Se dio rienda suelta al jaleo, llego PhotoEnjoy, quienes contratamos para ser nuestra cabina de fotos por su alta definición, ilimitado número de fotografías, buena calidad de imanes y un video saludo de 15 segundos por video que los invitados podían grabar para nosotros (que chistosamente la mayoría quedaba sin mucho que decir porque se apuraban mucho los primeros segundos y el video grababa los sagrados 15). Comimos del candy bar aunque de golosos nada más, la cena nos dejó a todos, grandes y chicos con el estómago lleno. Bailamos y tonteamos hasta la hora de la torta, como a las dos de la mañana donde lancé el ramo, lanzaron la liga, maltearon a Felipe, las solteras sacaron los dijes que nosotros habíamos comprado y puesto en unos cupcakes con intento de crema gris simulando rocas con gemas incrustadas que eran dulces rotos de varios colores todo en una cápsula dorada simulando un huevo de oro de dragón, el que, oh! estaba en nuestra torta de cuatro pisos creada por Tortas Imagina, era un degradé de negro, azul y verde con brillo sutil simulando estrellas con un dragón blanco encima de la torta y la inclinaba (a propósito) y nosotros estábamos abajo, unas figuritas que compré en Rosas muy lindas y baratas donde la novia sostiene al novio. Comimos de la deliciosa torta de panqueque que te podía salir de chocolate-naranja, plátano-manjar o chocolate-frutilla. El resto fue disfrutar de una maravillosa y divertida noche con las mejores canciones, bailando con amigos, riéndonos, siendo felices y compartiendo.
A las cuatro en punto la fiesta terminó y nos llevaron a nuestra cabaña de recién casados donde nos esperaban chocolates, algunos regalos que unos invitados llevaron y que el equipo del El Coliseo nos dejó ahí y una cama, linda y bella camita para descansar. No me bajé de los tacos en toda la noche y ahora no sabía cómo bajarme de ellos.
Se nos olvidó llevar pijama a los dos y ropa de cambio tampoco llevamos, menos mal llevé cepillo de dientes. Nos demoramos en sacar la millonada de pinches que tenía en el pelo para afirmar bien el tocado al que no le paso absolutamente nada durante tanta fiesta.
Fue the best-day-ever chicos, gracias por leer todas las cosillas que puse poner aquí y espero que su día sea tan maravilloso como el mío.
Servicios y Profesionales del Matrimonio de Felipe y Francisca
Otros Proveedores
Otros matrimonios en Santiago
Ver todas
Vista Santiago
Ko Eventos
Santa Catalina de Chicureo
Inspírate con estos matrimonios
Deja tu comentario