El matrimonio de Ricardo y Kimberly en Pudahuel, Santiago

La crónica de nuestro matrimonio

Ese día me levanté con los nervios mal, en el transcurso del día se me fue pasando, cuando me maquillaron, peinaron y estaba vestida (atrasada) me entró el pánico de nuevo. Afortunadamente, el chofer de Burritas Tu Clásico y su acompañante hacen muy bien su trabajo y me fueron conversando de todo un poco y llegué a la iglesia súper relajada, son muy buenos ja, ja, ja. Cuando caminaba al altar, es imposible no emocionarse y me contuve, fue hermoso todo y la ceremonia muy amena.

Ya en el centro de eventos estaba más relajada hasta que nos tocó el vals (ni mi marido y yo somos buenos bailando) se nos olvidó la coreografía, pero pasó muy piola ja, ja, ja, después de eso ya fue todo muy relajado muy bonito, yo estaba muy preocupada de mis invitados. La verdad que fue todo muy lindo, no tengo de que quejarme. Mis nervios son solo porque soy muy perfeccionista. Me preguntaba cuando veía a todos bailar y disfrutar si me volvería a casar y en ese momento dije no (por el estrés que conlleva) pero ahora que han pasado los días, si me volvería a casar (con mi mismo marido obvio). Un consejo para los que lean esto y estén a punto de casarse, disfrútenlo tómense su tiempo de ver de sentir de memorizar cada momento porque es hermoso, irrepetible e inigualable.