El matrimonio de Pablo y Camila en Ñuñoa, Santiago

La crónica de nuestro matrimonio

Lo planificamos con nueve meses de anticipación y con mucho amor. En julio fue la proposición y al día siguiente ya estábamos a bordo de este entretenido viaje juntos.

En el proceso tuvimos que ponernos de acuerdo, lo cual nos ayudó a conocernos aún más, a afiatarnos y confiar en las habilidades de cada uno: yo bien enfocada en lo bonito y Pablo en los números. Uf, los números, harto gasto. Lo bueno es que hay para todos los gustos y precios, se puede encontrar lo que a uno le acomode.

Ese día estábamos tranquilos, confiando en que cada proveedor haría su parte: Verena Laguna, encargada de mi maquillaje y peinado; SCJ Cars con el hermoso Super Eight; el Castillo Ñuñoa con Eventos Ahumada; Cami Olave, nuestra fotógrafa y, finalmente, nosotros.

Fuimos unos novios 100% naturales, decidimos entregarnos tal como somos ese día, yo con mi hermoso vestido de Arte&Novias, hecho especialmente para mí, y Pablo con su estilo único y espontáneos. Nos propusimos, por encima de todo, disfrutar al máximo, reír, llorar, comer rico y bailar mucho junto a todos nuestros seres queridos. Y fue así.