El matrimonio de Luana y Álvaro en Providencia, Santiago
Rústicos Invierno Verde 2 profesionales
L&Á
08 Sep, 2016La crónica de nuestro matrimonio
El día 8 de septiembre de 2016 empezó tranquilo y súper temprano, nos despertamos juntos a las 6:30 de la mañana y tomamos un rico desayuno que trajo mi novio a la cama. Él se despertó un poco antes para hacer todo y sorprenderme, intercambiamos lindos regalos y me puse una ropa cualquiera para que mi novio no me viera con el vestido y me fui al departamento donde estaba parte de mi familia. Llegando en el departamento, mi familia estaba desayunando, así que me uní a ellos y me tomé una taza de café para acompañarlos mientras conversábamos, estaban todos muy calmos y relajados, cosa que encontré un poco rara. Mi prima empezó a hacer mi maquillaje mientras los otros se duchaban y mi abuelo recién despertaba, yo pensaba que él ya había despierto, pero que aún no lo veía porque estaba en el baño o en la pieza, y fue ahí cuando les dije la hora para que se arreglaran más rápido porque teníamos que salir pronto. Descubrí porque todos estaban tan calmos; ellos pensaban que tenían más tiempo para arreglarse porque cuando llegaron de Brasil a Chile la noche anterior, sus celulares se cambiaron de hora retrasando el horario en una hora, pero Chile esta con horario de verano, osea ¡esta con la misma hora de Brasil! Fue ahí que todos empezaron a desesperarse y hacer todo corriendo, fue gracioso ver como yo y mi prima estábamos tranquilas mientras todos estaban corriendo de un lado al otro del departamento. Por mientras en la casa de mi novio todo ocurría de forma tranquila y ordenada. Terminado el maquillaje me fui a hacer mi peinado que era simple y lo hice sola, mientras mi prima se maquillaba a ella misma y ayudaba a mi mamá, mi tía y mi abuela. Me vestí y estaba lista, me miré en el espejo y me sentí la novia más linda, ordené mi cartera y justo al mismo tiempo todos llegaron a la sala diciendo “estamos listos”. Salimos del departamento y en camino al Registro Civil de Providencia llamé a mi novio, porque él me había llamado y yo no le había contestado, y me dijo que ya estaba en camino y que pronto nos veríamos.
Seguir leyendo »
Llegamos al civil y estaban todos allá, mi novio estaba adentro con su familia y el fotógrafo, que es su amigo, y yo me quedé afuera conversando con su mamá y mi “mamá chilena”, que fue mi testigo, y con mi familia, hasta que mi novio me vino a recibir y entramos juntos para hacer los trámites que se deben hacer antes de la ceremonia mientras nuestras familias conversaban.
Llegó el momento de iniciar la ceremonia civil, entramos dándonos las manos y me emocioné en la ceremonia, sentí una alegría muy grande cuando nuestros testigos hicieron el juramento, sentí una alegría aún más grande cuando escuché a mi novio decir “sí, quiero” y cuando yo dije lo mismo. Sentí que iba a explotar de felicidad cuando nos declararon marido y mujer, nos pusimos las argollas y nos dimos nuestro primer beso como casados. Ahí yo empecé a llorar, nuestras familias ya estaban llorando, mi testigo lloraba. Todos lloraban, nos felicitaban y nos abrazaban, fue un momento lindo y muy emocionante.
Salimos del civil y nos fuimos todos al Restaurant Pipeño Mesa Chilena, donde organizamos nuestra recepción y celebración, como era cerca del civil nos fuimos todos caminando ya que hacía un lindo día de sol y calor. Mi marido y yo fuimos los últimos a entrar, nos aplaudían y decían “¡viva los novios!” La celebración fue super linda y relajada, todos estaban muy felices y cómodos incluso mi marido y yo. Mientras comíamos la entrada mi suegra habló algunas bellas palabras y se hizo el brindis, nuestras familias conversaban muy felices y nosotros pudimos compartir y conversar con todos, hasta que llegó el momento del plato principal y me senté con mi novio en nuestra mesa.
Tener una mesa solo para nosotros fue genial porque teníamos nuestros padres en mesas cercas, pero pudimos compartir un momento único entre nosotros conversando sobre como estábamos felices y como estábamos tranquilos que toda iba perfectamente bien, pudimos disfrutar de verdad ese momento juntos. Mientras comíamos todos nos decían de alguna forma que todo estaba excelente, nos decían que el vino era muy bueno o nos señalaban que la comida estaba muy rica, dejándonos aún más felices en saber que nuestros invitados estaban disfrutando tanto como nosotros.
Nos encantó que el ambiente estuviera tan relajado, con todos tan felices y cómodos, mi padre se acercó a nosotros en medio a todos y dio un bello discurso con su portuñol, seguido por mi suegro que habló español lo más despacio que pudo para que mi familia entendiera y después habló mi mamá en portugués, despacio para que la familia de mi marido entendiera, mientras lloraba de emoción y haciéndome llorar con ella mientras nos abrazaba a los dos. Después de tantas palabras y momentos bonitos llegó el momento de partir da torta, lo hicimos juntos como dice la tradición y nos dimos la primera porción uno al otro de la torta que estaba muy rica. Mientras el chef partía la torta para los invitados en la cocina yo decidí lanzar el ramo para entretener a todos y ahí se viene la parte graciosa. Estaban todas las solteras/divorciadas/pololas ahí, ¿y quién lo agarra? ¡Mi madrina, mi tía! ¿Y por qué eso es gracioso? Porque su pololo quiere casarse con ella, ¡y ella no quiere! Ahora creo que no tendrá más como huir.
El mismo día del matrimonio, jueves, en la noche viajamos en una corta luna de miel y regresamos sábado fin de tarde para la segunda parte de la celebración. Mis suegros decoraron su casa e hicieron un asado en celebración a nosotros para nuestras familias, hicieron todo lo posible para que mi familia siguiera con la experiencia chilena, ¡hicieron empanadas de pino, anticucho y terremoto, todo con mucha cueca! La noche siguió con todos muy felices pasándolo super bien y mi marido y yo más felices que nunca por todo haber salido perfectamente bien en todos los días, desde el civil, la celebración en el restaurante y el asado, fueron de verdad los mejores días de nuestras vidas. Yo ya estoy de vuelva en Brasil y mi marido sigue en Chile, pero estamos más felices que nunca en saber que muy pronto la distancia terminará por siempre. 3 meses nos separan de estar juntitos por siempre, sabemos que esos meses pasarán volando y muy pronto estaré en Chile viviendo junto al amor de mi vida muy felices por el resto de nuestras vidas.
Servicios y Profesionales del Matrimonio de Luana y Álvaro


Otros matrimonios en Santiago
Ver todas

Ko Eventos

Casa Almarza

Mandarin Oriental Santiago
Inspírate con estos matrimonios
30 comentarios
Deja tu comentario