El matrimonio de Juan Pablo y Soledad en Isla de Maipo, Talagante

Fue todo demasiado lindo. Desde que puse un pie en la Iglesia sentí tanta emoción y felicidad, que estuve a punto de llorar todo el tiempo. Lo único que pensé fue en mirar a Juan Pablo todo el tiempo. Escuchaba a personas que me decían: "linda", pero nunca supe quienes fueron. Intentamos caminar lo más lento que pudimos, pero sentí que no fue suficiente... El tiempo se hacía poco y al momento siguiente pasaba muy rápido. Es inexplicado la mezcla de emociones y sensaciones, todas maravillosas, que uno experimenta ese día. Y ocurrió la entrega de Padre a Novio. ¡Qué momento más significativo!

La misa fue preciosa. El Padre que nos ofició es amigo de la familia de Juan Pablo y estuvo muy presente en todo nuestro proceso de noviazgo, así es que fue muy dedicada para nosotros. Cada momento fue especial y lleno de amor. Difícil atestiguar y guardar en la memoria cada segundo de lo que pasa, pero hay recuerdos que son imborrables. Si no, siempre están las fotos para ayuda memoria. Las nuestras, están preciosas gracias a Daniela Naritelli.

Caminar como recién casados saliendo de la Iglesia. Mucha adrenalina, felicidad y amor. En ese momento te sientes toda una estrella. Es tan bonito ver a todos tus invitados reunidos y felices por ti.

Desde ahora en adelante, todo pasa muy rápido y eso que nuestro matrimonio fue de día y es "larga la tira". Salimos de la Iglesia y aprovechamos los parajes aledaños para tomar fotos. La foto en la línea del tren es muy significativa para nosotros, pensando en el camino que comenzamos a andar juntos.

Volvimos a la Casona y, mientras nuestros invitados disfrutaban el coctel, nos fuimos a un costado e hicimos sesión de fotos en el maravilloso entorno natural del centro de eventos. Teníamos una garzona con nosotros que nos llevaban bebidas y comida, para aprovechar el coctel también.

Además, aprovechamos el auto y la naturaleza para tomar fotos muy entretenidas con mis damas de honor. Luego hicimos nuestra aparición. Creo que no va a existir otro día en que me sienta tan protagonista de algo, en que sienta tanto amor internamente y desde quienes nos acompañaban. El ambiente de la fiesta fue siempre acogedor, cálido y amable. Había escuchado que son los novios quienes dan el "tono" a la celebración y, si esto es verdad, me alegra haber transmitido tantas cosas lindas con mi Juan Pablo amado.

De ahora en adelante, la historia se resume en: comimos, brindamos, bailamos, volvimos a brindar, seguimos bailando y así sucesivamente. La fiesta fue un éxito. Todos estaban muy contentos bailando y disfrutando. Tuvimos dos cotillones, uno para el día y otro luminoso para cuando oscureció y fueron un HIT. El momento de la liga, el ramo y un par de concursos para casadas y casados, fueron muy entretenidos. Todos muy dispuestos a acompañarnos y jugar con nosotros.

Para nosotros, lo más importante era compartir la alegría que nos produce estar casados y el amor inmenso que sentimos el uno por el otro en nuestro día, y se logró. Todos nuestros invitados disfrutaron a concho. Al igual que nosotros, tan hermosa celebración.