El matrimonio de Jorge y Romina en Puerto Varas, Llanquihue

Y llegó el día y como hormiguitas trabajamos, toco poner flores, los últimos detalles que dejaron el lugar maravilloso y organizar lo que faltaba.

Y comenzó todo el proceso de novia, maquillaje y penado con la mejor mi Vale Stewart, y rodeada de risas y música, llegó el novio y los nervios comenzaron, por fin nos casábamos.

Entraron las damas de honor y los bestmen (ni idea como es en español ja, ja, ja) todos bellos y nuestro hijo perruno Jake con su terno hecho por una amiga hermosa. (Ninguno de los dos nos habíamos visto ni sabía como se vería el otro, de hecho ni los Monitos de la torta los vimos hasta ese día (hechos por la seca de la Pizarra de Carolina)).

Y me tocó caminar al altar donde mi hoy marido me esperaba todo guapo junto a mi suegri que se veía bella, yo entre con mi mamá y mi hermano (cuál de los 3 más nerviosos porque nos podíamos caer y el camino era largo ja, ja, ja).

La ceremonia tuvo 2 partes civil y simbólica, e incluso al del civil tuvo su encanto de la mano de Don José el juez civil de Puerto Varas. Nuestros amigos hacían la ceremonia simbólica, de hecho una de ellas cantaba las canciones con las que entrábamos (que además grabo instrumentalmente ella antes). Y fue la mejor decisión que pudimos hacer, ya que fue muy personalizada, llena de amor, risas, historias, lágrimas e infinita emoción. No cambiaria nada de ella, los discursos y los votos fueron hermosos y desde el corazón.

La cena fue riquísima donde por fin como algo ja, ja, ja, es verdad que uno come poco, pero los postres no los perdoné, ja, ja, ja. En un momento me senté y solo contemplé las risas de todos los que queríamos, muchos de hechos viajaron mucho para estar con nosotros ese día y lo estaban gozando. Nuestro vals fue bello, los nervios hicieron que no siguiéramos todo pie de la letra, pero mi super novio y lo bailarina hicieron que ni se notará, y el novio me elevo por los aires como nunca, ja, ja, ja.

La fiesta estuvo muy buena, pero 100 % gracias a quienes estaban ahí, quienes fueron elegidos porque sabíamos que iban a perrear hasta el piso con nosotros y no decepcionaron. Si algo pudiera cambiar sería agregar 2 horas más de carrete ja, ja, ja, porque entre el ramo, la torta, la liga, el whisky y un show que le hice al novio, todo pasó volando.

Solo quiero agradecer a la gente hermosa que estuvo con nosotros, amigos y familia, por todo el amor que nos brindaron ese día, las risas, abrazos y perneos hasta el piso. Y sobre todo a mi Novio, Pololo y hoy Marido, al mejor hombre que podría tener a mi lado por permitirnos tener este día que nunca olvidaremos y que solo mostró lo que somos, celebrando ese hermoso amor que nos tenemos y que siempre espero nos acompañe en la vida.