El matrimonio de Germán y Romina en Antofagasta, Antofagasta

Lloré desconsolada como 3 horas. Yo no vivo con mis papás hace mucho tiempo. Mi esposo tuvo que ir a dejar unas cosas al centro de eventos como ya habíamos quedado, solo entregarlas y ya. Yo quería acompañarlo para ver cómo iba todo, pero en ese trayecto con mi hermana tuvimos que jugarnosla para que pudiera comprar otro vuelo a ver si alcanzaba a llegar. Sacó un horario imposible de estar, pero al menos llegaría a la fiesta.

Mientras todo esto ocurría pasaron las horas y estaba atrasada para irme al hotel, macarena y su equipo quién iba a ponerme linda estuvo como 2 horas esperándome y el fotógrafo Christopher estaba en la misma. Mi marido se demoró demasiado en llegar por el tráfico y el padrino estaba llevando otras cosas y no tenía como irme al hotel porque a esa hora todos estaban aún trabajando, ¡fue horrible!

Christopher llamó a su papá y él me fue a buscar a casa y luego me llevó al hotel, llegué con los ojos hinchados, triste y agotada. El último beso que le di a mi "novio" fue con muchas lágrimas en los ojos y le dije Yo no quería que nuestro día fuera así, no será igual. Imagínense como fue para él.

Llegué al hotel y de tanto nervios no encontré nada mejor que abrir la botella de champange ( suena super alcohólico pero solo fue una copa) Y las chicas me hicieron reír tanto que poco a poco fue pasando el nerviosismo. Sabía que el local estaría hermoso porque había contratado a la mejor wedding planner con un equipo increíble.

Nada respecto a la decoración, o del lugar me puso nerviosa, solo temía por mi familia e invitados que se veía poco prometedora la cantidad de asistentes.

Me recogió el auto de novios y me fui con mi mejor amiga, mi madrina no pudo ir porque no le dieron permiso del trabajo, mi hermana no me puso acompañar porque estaba en las aerolíneas pagándole el pasaje a mi papá. Bueno, yo soy de la Ligua y mi marido tiene su familia en Coquimbo así que tampoco podía acudir a más familia que nos apoyara en ese momento crítico.

Llegué y de 65 invitados porque fue algo pequeño, solo habían 18 y no estaba ni mi papá claro, ni mi hermano y mi abuelo se había atrasado. Mi mamá no llegaba con mi hermana por el tema del pasaje y ella era mi testigo. Faltaba mucha gente y sobretodo mi familia.

No sé como pero saqué paciencia y esperé en el auto, esperé casi 45 minutos (lo sé, fue horrible) y mientras mi pobre marido estaba dando vueltas adentro, preocupado al máximo intentando que la señora del registro civil no se fuera, gracias al cielo no tenía otro matrimonio después del mío. Se quedó y terminé entrando del brazo de mi suegro, después de que con altos y bajos en mi relación con él, con la persona que menos imaginé entre.

Ahí lo vi, hermoso con una sonrisa nerviosa. Mientras me fui acercando sus ojitos se le llenaron de lágrimas y entre tanta ansiedad y todo lo que pasó verlo me dio calma, fue como si todo se apagara, incluso con suerte y la música escuchaba de fondo.

Sentía que no importaba como salieran las cosas, estaba ahí con el amor de mi vida, era nuestro día. Era lo que habíamos soñado. Mis aminovias que llevan más tiempo en la comu saben cuánto nos costó llegar a ese momento, vivimos tantas cosas lindas pero otras realmente fuertes, pero lo logramos.

Bueno, nos casamos y siguieron las cosas desafortunadas, íbamos a cantar y no fue la persona que tocaría guitarra, no quisimos hacer baile, ensayamos una canción y estaba tan apenada con todo y agotada más que nada que quise no hacerlo.

El pendrive con nuestra carpeta de nuestra música se quedó en la casa con tanto trajín, las fotos de la pre boda y los cuadritos de nosotros de pequeños. La cola de mi vestido no me dejó bailar el vals como lo habíamos ensayado, realmente fue un día de locos, pero el lugar estaba tan hermoso, y las poquitas personas que fueron eran las que tenían que estar, no hice un diaporama, tomé el micrófono y conté nuestra historia de amor y todo lo que nos hizo llegar a decir el sí, delante de todos y sonriéndole a mi amor mientras veía como se le caían sus lagrimitas.

Tomó el micrófono y siento un hombre de pocas palabras, dijo sentir tanto amor como nunca imagine que alguien pudiese sentirlo. Todo tiene sentido, no importa cuanta gente no asistió, no importa si los regalos no son como esperas, no importa si se te corre una panty o tus zapatos de cambio se te quedan en casa (tuve que quedarme a pie descalzo casi toda la noche jaja). Bailamos y nos reímos hasta mas no poder. La comida era exquisita, el lugar estaba hermoso decorado y la atención era excelente. Pese a todas las cosas que pasen en un matri lo importante es que reuniste una energía de amor tan inmensa con esas personitas que te aman.

Ellos que celebraron contigo que encontraste el amor de la vida, un compañero que te eligió entre todas para caminar sobre cielos y mares, para soñar contigo, para crear y para sentir.

Solo puedo decir que mi día fue realmente muy distinto a como imagine, pero si más hermoso de lo que creí, porque mi seguridad y mi corazoncito no daba más de tanto amor, me hizo nacer de nuevo.

Ahí les dejo unas fotitos de gran parte de mi día, estaría toda una eternidad escribiéndoles. ¡Un abrazo mi comu querida!