El matrimonio de Camilo y Myriam en Maipú, Santiago
Vintage Invierno Dorado
El 02/07/2016 294 2 0
C&M
02 Jul, 2016
La crónica de nuestro matrimonio
Para empezar, debo destacar que me casé con mi mejor amigo. Fuimos 11 años amigos, buenos amigos. Cada uno con pololos, caminando juntos 11 años. Nunca pensamos que la persona que Dios nos tenía pensada para compartir el resto de nuestra vida era esa persona que iba al lado, pero no de nuestra mano. Sin duda, una experiencia hermosa darse cuenta que la persona que crees conocer es 300 veces más hermosa y que ama infinitamente. Con respecto a los preparativos, fueron meses muy intensos. Nosotros queríamos participar activamente en la celebración en relación a la decoración. Mi marido trabaja con madera y lo identifica mucho, así que trabajamos en madera los centros de mesa, la mesa donde estaría en árbol huellero, el libro de los deseos y las torta de novios. La semana anterior fue más intensa aún porque tuvimos que armar todo, comprar flores, pintar, pegar, etc. Quedamos muy contentos con el resultado, era tal cual lo queríamos. El día del matrimonio fue el día de las olimpiadas, corrimos para todos lados. Nos casamos a las 17 hrs, así que nuestro día comenzó muy temprano terminando de poner las flores en los centros de mesa para ir a dejarlos al centro de eventos. A las 11 hrs era mi cita en el centro de estética. Se me ocurrió decirle a mi mamá, hermana, futura suegra y abuelita de mi novio que fuéramos todas juntas al centro. Error. Nos demoramos muchísimo porque todas queríamos lo mismo. Maquillaje, peinado, uñas y pestañas. Afortunadamente y obviamente, me atendieron a mi primero. Al finalizar, me fui a la casa de mis padrinos a vestirme. Fue muy emocionante ver otra vez mi vestido hermoso, ya no para solo probármelo, sino que para usarlo. Era el gran día y la hora se acercaba. Con mariposas en el estómago todo el tiempo
Seguir leyendo »Mi papá llegó muy puntual a buscarme con un hermoso ramo de rosas blancas. Al verlo tan guapo me emocioné. Al llegar a la iglesia mi corazón latía a mil por hora. De tan nerviosa y ansiosa me bajé del auto e iba a empezar a caminar sin mi papá. Con mi marido participamos activamente en la parroquia que nos casamos, por ende toda la ceremonia era muy significativa, con los cantos, el padre que es nuestro amigo y mucha gente de la comunidad parroquial nos acompañó feliz. Ya en la ceremonia todo era flotar en las nubes, ya estaba todo dicho, todo listo para el comienzo de nuestra vida juntos. Preparamos un canto especial en homenaje a Santa María, nuestra Madre que nos ha acompañado siempre en nuestro camino de amistad, noviazgo y matrimonial.Queríamos disfrutar a concho la ceremonia religiosa. Luego, nos fuimos al templo de Maipú a dejarle mi ramo de novia a la Virgen del Carmen porque se lo había prometido y aprovechamos de sacarnos algunas fotitos.
Una anécdota que todavía me da risa y molesta fue que nosotros llegamos al centro de eventos con el fotógrafo y el padrino, y el maitre salió para decirnos que todavía no podíamos entrar porque habían pocos invitados. Nos pareció muy extraño porque todos sabían que la celebración era inmediatamente después de la ceremonia. A mi marido se le ocurrió llamar a su papá para saber quiénes faltaban y le dijo que no veía a mis papás y al resto de mi familia. Llamé inmediatamente a mi papá para preguntarle porque no habían llegado si el centro de eventos quedaba como a 20 minutos de la casa. Cuando me contestó me dijo que estaban en la casa tomando once porque mis tíos querían tomar tecito y pensaban que nos demoraríamos más tiempo. Los odié y los mandé inmediatamente al centro de eventos Ese evento no empañó para nada ese momento. La celebración fue muy hermosa ya que el centro de eventos tiene muy buenas ideas para el ingreso de los novios, las luces, los momentos que planean, los detalles.
El día más importante de nuestras vidas fue uno de los más hermosos gracias a todas las personas que nos ayudaron y apoyaron.
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