La idea de retratarse en un photobooth es 100 % lúdica, una forma divertida de guardar un recuerdo del evento al que se asiste. Y para potenciarlo, se utilizan toda clase de atrezzos. Muchas veces es la propia empresa la que incluye por un precio extra o como parte del servicio toda clase de accesorios como sombreros, lentes, antifaces, collares, boas, bigotes, corbatas, abanicos o pelucas. También pueden añadir letreros con frases bonitas, textos divertidos, emoticonos o incluso pizarras y tiza para que cada invitado cree su propio mensaje.