Cuando un lugar tiene un encanto intrínseco se siente en el ambiente, se huele, se palpa en el carácter de su gente. Se dice que en el año 1400 ya existían asentamientos en lo que hoy es el pueblo de Olmué, e incluso, cuatro siglos después, Charles Darwin se maravilló al ver la fusión de cordillera y océano desde el Cerro La Campana, diciendo en sus notas que “nunca le ha parecido el tiempo más corto”.
Es curioso que ahora, casi a punto de dar el "sí" a esa persona con la que han decidido continuar su camino, vayan a experimentar esa misma sensación de que el tiempo vuela cuando se pasa bien, se está en buena compañía y en un lugar que sorprende por su belleza y por las sensaciones que otorga al estar en él, como los espacios para eventos que les ofrece esta localidad.
Si hacemos una alusión al creador de la teoría de la evolución, diríamos que ese Olmué que enamoró a sus primeros habitantes o visitantes, ha ido adaptando sus encantos a las nuevas generaciones, manteniendo esa chispa que encandila, ya sea por su folklorismo, por su geografía de valles y pendientes o por esa calidez de su población, que hará lo que esté a su alcance para que ustedes vivan su celebración soñada en un lugar preparado para bodas memorables.
Existen actualmente alrededor de una treintena de establecimientos dedicados a la realización de eventos para matrimonios en Olmué. Hermosas parcelas para una celebración de carácter más familiar, centros de eventos con estilos variados y diferentes capacidades; Hoteles con encanto y casonas con un respaldo histórico, para que ustedes elijan lo que mejor encaja con su estilo, gustos y necesidades. Así que hagan como Darwin: celebren su matrimonio en alguno de estos maravillosos lugares y deléitense como él con ese “panorama inmenso limitado por los Andes y el Océano Pacífico”.