El matrimonio de Victoria y Abel en Pirque, Cordillera
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17 Mar, 2018La crónica de nuestro matrimonio
Ese día al despertar supe que cambiarían nuestras vidas. Por eso que tanto habíamos luchado, ese día se haría realidad. Mi mayor anhelo siempre fue verla llegar al altar vestida de blanco. Anhelo que hace dos meses se cumplió. Jamás pensamos ni nos imaginamos tomar la decisión tan importante de unir nuestras vidas para siempre. Como todo matrimonio, es infaltable que el novio se esté moviendo de un lugar a otro y a última hora.
Así que no quise faltar a la tradición. Me tuve que encargar de llevar la torta desde el lugar donde la hicieron hasta el salón de eventos. ¡Pero para eso están la familia y los amigos! Dado que la torta era de cinco pisos, tuvimos que llevarla entre todos por más de 22 kilómetros. Fue una odisea. Además, debemos sumarle los nervios y que aumentaban al recibir llamadas de mi novia cada cinco minutos. Podemos contar muchas anécdotas que nos ocurrieron ese día, pero lo mejor de todo es que disfrutamos el día, nos casamos y ahora felizmente puedo decir que somos marido y mujer.
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