El matrimonio de Sebastián y Bárbara en Pirque, Cordillera
Elegantes Otoño Fucsia 9 profesionales
S&B
07 Abr, 2018La crónica de nuestro matrimonio
La noche previa al gran día estuve muy atareada. A pesar de haber planificado todo con un poco más de un año de anticipación, igual nos quedaron cosas por hacer. Pero tuvimos mucha ayuda por parte de mi familia, lo cual fue fundamental.
Me quedé a dormir en casa de mis papás y dormí en mi camita, sola. Hacía 2 meses que me había ido de ahí, por lo que fue un poco nostálgico. En la mañana amanecí feliz y muy entusiasmada. Lo primero que vi fue mi vestido colgado en la pieza y ya me sentía ansiosa por usarlo.
Durante la mañana estuve ultimando detalles, por lo que fui con mi papá al centro de eventos a dejar algunas cosas pendientes. Las horas pasaron sumamente rápido, por lo que al llegar a casa comí poco y rápido para poder ducharme y esperar a la maquilladora. En ese entretanto estuve coordinando con las personas que decorarían la iglesia, por lo que no logré relajarme y dejar de pensar en las tareas que seguían pendientes.
Llegó el fotógrafo y los videógrafos muy puntuales. No así la maquilladora, quien se atrasó media hora (pero considerando todo lo que ocurrió más tarde, creo que tendría que haber llegado incluso antes de la hora en que se había citado). Primero me peinó y en eso tardó bastante, pero el peinado quedó espectacular. Pasaba el rato y me empecé a sentir muy nerviosa, pero no por el GD, sino porque sabía que me estaba atrasando mucho. Tiritaba y me empecé a sentir preocupada.
Seguir leyendo »Los chicos se fueron para poder alcanzar a registrar a mi amado en el altar. Por lo que no tengo fotos lista y con mi vestido saliendo de casa. Solo tengo unas que tomó una vecina.
En cuanto estuve lista, bajé al primer piso para ponerme mi vestido y casi exploté en llanto cuando vi la hora. Eran las 16:25. A esa hora ya debía estar en el altar junto a Sebastián, por lo que me desesperé y pedí que me pusieran el vestido rápido. Mientras mi madre, mi hermana y mi cuñada me ayudaban, la chica del maquillaje me ponía el tocado (en ese momento la odiaba y quería que sacara sus manos de encima mío).
Salí de casa y mi papá quería tomarme una foto. Estaba tan angustiada que le pedí que nos subiéramos a la burrita y nos fuéramos cuanto antes. Cuando pienso en eso siento pena, ya que este momento lo viví con angustia, preocupación y mucho estrés. Ni siquiera me pude mirar al espejo antes de salir.
El trayecto hacia la iglesia se me hizo una eternidad, porque como nunca, había mucho taco en la entrada a Pirque. Ya pensaba en bajarme e irme corriendo a la iglesia (como en las películas). La gente nos saludaba y nos tocaba la bocina. Me sentía toda una celebridad.
Llegué a las 17:00 (una hora tarde). Me sentía tan afligida por Sebastián que quería bajarme y entrar corriendo. Mi corazón estaba acelerado y sólo quería estar con él.
Afuera, estaba la coordinadora del coro (un amor de persona). Me frenó cuando quise entrar porque todavía no empezaba mi canción y cuando ya fue el momento me indicó que ya podía entrar. Ese momento fue sin duda el más emocionante que viví ese día. Sentí que flotaba en el aire. Observé la iglesia llena de gente, todos felices y emocionados. Y lo primero que vi al entrar fue a mi Seba, ¡al fin! (lo recuerdo y me lleno de mucha emoción). Caminando, mi papá se detuvo para que viera a mi abuelita (la única que físicamente tengo en la Tierra), y ambas nos emocionamos. Ese fue el único momento en que lloré un poquito y realmente viví con las emociones a flor de piel.
Mi Seba también lloró al verme, la verdad es que ese momento fue mágico y muy aliviador. Por fin estaba con mi amado en el altar, listos para recibir la bendición de Dios.
La ceremonia fue llevada a cabo por un diácono con el que nos reunimos días antes. Muy simpático y alegre, por lo que la ceremonia fue linda y concisa. Al terminar, nos fuimos a tomar algunas fotos con la burrita cerca del centro de eventos, mientras los invitados llegaban al lugar. Antes de bajarme de la burrita me miré en el vidrio y me di cuenta de que la mitad de una de mis pestañas estaba despegada… horror. Pero tanto Sebastián como el fotógrafo me dijeron que en verdad no se notaba. Así que nos tomamos las fotos no más.
Ya en el lugar, compartimos con todos en el cóctel, recibimos mucho amor y cariño por parte de nuestros invitados. Nos sacamos las fotos protocolares y después otra sesión de fotos solo Sebastián y yo.
Durante la cena, hubo una instancia para que un invitado por mesa nos dedicara unas palabras. Fue lindo, ya que mi abuelita nos habló y eso fue una total sorpresa. Ella nunca habla en público, es fría y muchas veces algo pesadita. Pero estaba tan feliz, tan orgullosa, que nos dijo unas palabras hermosas y sus ojitos brillaban de lágrimas… sin duda ese momento lo atesoraré por siempre.
Proyectamos un video que hicimos con Sebastián, reemplazando al diaporama. Era muy chistoso y todos se rieron a carcajadas. Días después de la fiesta, nos pedían el video para verlo una vez más, por lo que causó furor.
Durante la fiesta nuestros invitados lo pasaron muy bien, ya que tuvimos muchos detalles para ellos, como una tina llena de cervezas, un barril con cerveza artesanal, barra libre, kit de emergencia en los baños, pantuflas, recuerditos y un espejo de fotos.
Los que no lo pasamos muy bien fuimos Sebastián y yo, ya que en el centro de eventos incumplieron en muchas cosas y durante la noche había una gran desorganización por parte de ellos. Por lo que no estuvimos tranquilos hasta ya haber terminado con los juegos y cosas pendientes. Una vez listo todo eso, nos relajamos y pudimos tomar y comer a destajo.
Los invitados estuvieron on fire en los juegos que hicimos, ya que, por parte de Sebastián, él tiró dos cajas de whisky (una para los solteros y otra para los casados), y yo hice el juego de las cintas en el ramo para las solteras y tiré otro ramo para las casadas. Las ganadoras de cada juego se quedaron con un amaretto cada una.
Más tarde, cuando los invitados comían torta. Apareció el show The Mask, lo que fue simplemente un éxito. La idea era que prendieran la fiesta y reavivaran las energías. Hicieron una intervención y luego bailaron con nosotros, terminando el show con una explosión de confeti. Después empezó la música y comenzaron a tirar vodka con naranja en pistolas de agua. La gente volvió a prenderse y a seguir bailando.
Finalmente, nuestro gran día duró casi 12 horas. Con mi amado nos fuimos al departamento y cuando llegamos al ascensor de éste, nos dimos cuenta de que andábamos sin llaves. Así que pedimos un Uber y ahí figurábamos, los dos afuera del depa esperando un vehículo con nuestros trajes de novios para ir a dormir nuevamente a mi pieza de soltera.
Servicios y Profesionales del Matrimonio de Sebastián y Bárbara









Otros matrimonios en Casona Larrain
Ver todas
Otros matrimonios en Cordillera
Ver todas

Casona San José

Casona San José

Casona San José
Inspírate con estos matrimonios
18 comentarios
Deja tu comentario