El matrimonio de René y Shirley en Santiago, Santiago

Bueno, nos hicieron pasar a la sala de ceremonias, dejaron entrar a nuestro videógrafo y fotógrafo, a nuestros testigos e hijo, menos mal ja, ja, ja.

La oficiante o juez realizó una ceremonia bonita, con consejos para la vida de casados, pero corta y precisa. Nuestro hijo se nos anduvo emocionando. Y yo solo pensaba ¡No lo puedo creer, no puedo creer que esté pasando, que ya estamos casados! Como que no lo asimilaba. Se sentía todo muy irreal.

Salimos, y la gente nos gritaba ¡Felicidades! ¡Que dios los bendiga! Y puras cosas bonitas que ya no recuerdo, pero si recuerdo el amor de aquellos desconocidos, deseándonos toda la felicidad del mundo.

Ahora tocaba el paseo y las fotos... íbamos con el tiempo encima, pero bueno, no todo puede salir perfecto, decía yo para calmarme.

Llegamos al lugar, nos tomamos fotos muy lindas a pesar el grandioso día caluroso que había, después de anunciar posibles lluvias, pero creo que mejor eso a un día lluvioso.

Nos dirigimos al Club House donde sería nuestra ceremonia simbólica y recepción, y oh oh, mis padres, que habían ido a buscar a mi abuela aún no llegaban, yo estaba histérica. Nuestros invitados estaban adentro, sentados, al sol, y nosotros en la entrada para que no nos vieran. Tocaba esperar, sin mis padres ni mi abuela la ceremonia no podía comenzar. Hubo un retraso de media hora que se me hizo eteeeeerno.

Bueno, en el intertanto nuestro equipo audiovisual preparó su equipo, y hablamos con la gente explicando el retraso. Un lunes a medio día por Santiago centro. Caos total.

Llegaron por fin mis padres y mi abuela. Todo estaba preparado. Pero 2 de mis damas de honor no habían llegado. No vendrían. Improvisamos y llamamos a mi hermana y una amiga para hacer la entrada. Se veían las 3 como si se hubieran puesto de acuerdo, todas de negro.

Entraron ellas, entró nuestro hijo con nuestras argollas, y entramos nosotros los novios. Yo estaba con todos los nervios, a pesar de ser una boda pequeña e íntima, tengo algo así como pánico escénico y me da ansiedad ser el centro de atención.

El novio se hacía el valiente, pero estaba igual que yo. Me llegaba a apretar el brazo sin darse cuenta, ja, ja, ja cosas que pasan…

Bueno, comenzó la ceremonia, leímos nuestros votos de amor, yo leí toda nerviosa, pero ya nos fuimos relajando a medida que nuestra oficiante hablaba, transmitía mucho amor y mucha paz. La ceremonia fue realmente hermosa. No tengo palabras para describir todo.

Hicimos la ceremonia de la arena junto a nuestro hijo, la lluvia de bendiciones para las argollas y el amarre de manos celta llamado “Handfasting”. Salimos de la ceremonia airosos, de por fin ser llamados “Familia Araya Mahla”.

Luego vinieron las palabras junto al brindis, el coctel y nuestro vals. Medio improvisado, ya que lo ensayamos solo 2 veces, porque nunca encontrábamos tiempo, pero salió bien porque nos sabíamos en teoría los pasos, pero consejo: No lo hagan, busquen el tiempo, nosotros somos un caso especial ja, ja, ja

Bueno que más decir, la comida estuvo excelente, yo no podía comer más, era muchísimo, demasiado rico todo. Los bebestibles también, excelentes.

Después entregamos los recuerdos. Todos emocionados, los encontraron hermosos.

Hasta que llegó el momento de tirar “la liga”, junto con un regalito especial para nuestros hombres, todos casados o comprometidos, así que su regalito sorpresa que según nosotros fue la sensación.

Luego llegó el juego del ramo, todas corrían y reían, creo que todas se querían quedar con el ramo, la pasamos de maravilla. Ambas dinámicas tuvieron música de Shrek de fondo (por supuesto) para darle más entretención al asunto y creo que funcionó fantástico.

Luego vino la parte de la torta, ya más relajados nos pusimos a jugar como siempre, a reír de tonteras como pueden ver en las fotos ja, ja, ja todo en modo broma, sin esas fotos creo no seriamos nosotros mismos.

Y bueno la torta bah, no eran los sabores que le pedimos, quedé picada, amurrada y desilusionada, no era lo que pedimos, ni lo que esperábamos (y eso que fuimos a degustación), la probé, pero no comí, eso me amargó un poco, y aún tengo la espinita clavada de ir por una torta como la pedimos, lo bueno es que no estaba mala y mis invitados ni siquiera lo notaron (Meeeenos mal) …

Bueno, como esto era algo sencillo, no hicimos fiesta, pero para nosotros está más que bien, eso estaba de más.

Algunos invitados se comenzaron a ir y quedó una sola mesa que se quedaron hasta el final.

En resumen, fue un día redondito y lleno de amor, con la gente que ha estado siempre apoyándonos, a veces es preferible que sean pocos, pero buenos, y eso les agradezco en el alma. Fue un día maravilloso, lo repetiría y elegiría a mis proveedores (excepto la torta por si no quedó claro ja, ja, ja), los demás se portaron un 10 con nosotros y todo fue maravilloso e increíble.

Y ahora sí, ¡díganme, señora, y a mucha honra!

PD: No puedo etiquetar a nuestro fotógrafo y videógrafo, pero estuvieron a cargo JCV Video Chile.