El matrimonio de Pablo y Paula en La Serena, Elqui

A las 7:40 horas, tomé mi hermoso ramo con flores de colores rosas, lilas y púrpuras (regalo de una amiga) que combinaban perfecto con los zapatos de color que usé ese día.

Salimos en el auto y me dio mucha alegría ver que la gente que nos veía en la calle nos mandaba las mejores vibras; "que vivan los novios" decían, eso fue muy emocionante.

Llegó el momento de entrar a la iglesia y creo que esa sensación de emoción no se parece a nada que haya sentido en mi vida; una mezcla de amor, de cariño, de buenas vibras que casi me llevó a las lágrimas, especialmente por entrar del brazo de mi tío, una persona muy especial para mí. Cuando llegué al altar fue algo inexplicable, mi novio me recibió con lágrimas en los ojos, muy emocionado, fue un momento espectacular.

La misa fue muy linda, el diácono que nos casó dio una charla maravillosa, llena de sentimientos, de palabras de amor y cariño.

Luego salimos juntos y fuimos a tomar unas fotos mientras que las personas llegaban al centro de eventos.

Una vez que llegamos, fue muy emocionante ver más de cerca a todos nuestros amigos y familiares; se veían grandes sonrisas en sus rostros, imágenes que nunca olvidaremos. Ya avanzada la cena, mi novio me tenía una sorpresa; logró hacer un video con mis primas que viven en Italia, a las que quiero mucho y sus palabras me llenaron de emoción.

Y desde eso se armó la fiesta, bailamos, cantamos, hicimos de todo y cerramos la fiesta, somos de esos novios que se quedan hasta el final y disfrutamos cada momento con nuestros invitados.

En resumen, ha sido el día más feliz de mi vida. ¡14 de noviembre, nunca te olvidaré!.