El matrimonio de Nicolás y Patricia en Santiago, Santiago

Y cuando llegó el día...

Aquel 21 de febrero del 2014, amanecí temprano y pasé el día junto a mi hermana (quien estaba a cargo de llevar el programa del matrimonio o hacerse cargo de cualquier cosa) y luego nos fuimos a la casa de mis papas donde llegaría la peluquera, maquilladora, la señora del ramo, etc.

Había familia materna que venía del sur, lo que hizo que me relajara al comienzo porque me distraje. Al pasar las horas surgió un inconveniente, nada es perfecto, la señora que traía mi ramo andaba perdida, si mientras me peinaban hablaba por celular para que se ubicara, luego para aliviarme tomó la llamada mi papá y tuvo que partir a buscarla, menos mal que andaba cerca.

Al rato mi familia estaba ya lista y comenzarían su partida. Nunca programé quién me ayudaría con el vestido, porque todos se iban. Mi mamá quería quedarse pero el asunto es que ella tenía que estar antes en el lugar al igual que mi hermana. Finalmente la niña que me peinó, muy simpática me ayudó a ponerme el vestido. Y listos con mi papá partimos al centro de eventos en el auto de la familia.

Al llegar me dieron los nervios, traté de sonreír y concentrarme en lo especial del momento y la felicidad de ver a toda a esa gente que nos acompañaba y por su puesto a mi novio. Fue una ceremonia dulce y llena de luz. Después nos fuimos a dar una vuelta al barrio Yungay con nuestro fotógrafo y lo pasamos muy bien, la gente se expresa al ver novios en la calle, nunca pensé que sería tan llamativo.

Al regresar fue lo más emocionante, porque nuestro ingreso fue de sorpresa con música que nos identificaba como pareja. Luego vinieron los abrazos y cariños de nuestras visitas.

Me encantó observar que cada detalle que programamos daba resultado. Nuestro matrimonio se basó como tema " Francia, Paris" porque nos iríamos a vivir por un tiempo a ese país. Todo lo relacionamos con eso. De hecho, el centro de eventos es una casona francesa, muy hermosa. Nuestros recuerdos eran Torres Eiffel, nuestras mesas eran monumentos de París, el vals era francés, y así. Después de la cena y ver como todos disfrutábamos celebrando nuestra unión, vino el baile, el cotillón que prendió la fiesta al máximo y así acabó la noche.

Actualmente estamos en Francia, vemos nuestras fotos, recordamos todo lo que pasamos previo al matrimonio, siempre tratamos de pasarlo bien, no abrumarse con tonteras sino disfrutar cada momento que es único en la vida.