El matrimonio de Nicolás y Catalina en San Fernando, Colchagua

El día del matrimonio hubo un sol enorme, que hasta podría decir un poco pesado, contrario a lo que pensábamos que podía suceder. La ceremonia civil era a las 13.00 hrs y la oficial llego puntual, pero como siempre yo estaba más que un poco atrasada y muy nerviosa. Cuando al fin llegué a un pequeño altar que colocamos mirando el río, me di cuenta que no traía el carnet, entonces tuvimos que esperar que trajeran el mío y de mi hermana, mi testigo, que también lo había olvidado. Nicolás estaba ya hace más de 20 minutos esperando junto a su testigo, su hermano Javier, y tratando de conversar con la oficial que a todo esto era muy simpática, nunca lo imaginé. La ceremonia duró 20 min, la oficial hizo toda la burocracia, pero también dejo tiempo para decir unas palabras más profundas, algo corto, pero realmente significativo. Luego todo el mundo me abrazaba que hasta perdí noción de quien me saludaba.

Durante el coctel y cena, se fueron sucediendo los eventos casi de manera espontánea porque como ya mencioné no preparamos con tanto tiempo el matrimonio, si ni siquiera tenía una idea de en qué orden iba a suceder cada hito. Menos mal que el papá de Nicolás, Cristian, llevó su discurso bien preparado y tuvimos un discurso de inicio de comida. Luego se ofreció la palabra a las mesas y varios integrantes de familia y amigos nos desearon lo mejor. En este momento fue en el que más me emocioné y no podía contener las lágrimas, por lo mismo decidí hablar cuando pudiera formular palabras sin sollozos. Más adelante agradecí a todos por haber asistido y me uní a lo que Nicolás había dicho mucho antes, durante el discurso de su papá.

El resto de los hitos: fotos, cortar la torta, baile, fiesta, cotillón, todo sucedió de manera espontánea y tengo la impresión que no es necesario organizar tan en detalle el evento. Sólo hace falta gente buena onda a la que quieras y ganas de pasarlo bien. El matrimonio terminó a las 1 am temprano dirán, pero empezó a las 12.30 pm, así que estuvimos más de 12 horas celebrando. Al otro día hubo un gran cocimiento para compartir y pudimos conversar con la gente con más calma.

Todo salió muy lindo, fue un día muy especial rodeados de gente que realmente apreciamos y que ha generado un impacto de alguna forma en nuestras vidas moldeándolas hasta llegar a lo que hoy somos cada uno, Nicolás y yo, y también como pareja.

Algunos días después del matrimonio emprendimos viaje a Londres, no de luna de miel, para vivir por 4 años por estudios. Realmente haber celebrado nuestro matrimonio de la manera que lo hicimos nos llenó de energías para enfrentar esta nueva etapa, con valentía y mucho amor.