El matrimonio de Mario y Patricia en Ñuñoa, Santiago

Al terminar la ceremonia, entre abrazos, pétalos y campanas, nos esperaba un Citroën Limousine del año 1939 que nos llevaría a nuestro paseo de novios al Parque Bicentenario donde nos fotografiaría Sergio Velozo. Entre la magia del parque, la felicidad de estar casados y las bendiciones de la gente que pasaba por el lugar, se transformó en un lindo y gracioso paseo con uno que otro chascarro.

Toda esa alegría se plasmó durante la celebración, compartiendo con nuestros invitados, con una cena muy amena y una excelente fiesta gracias a los encargados del centro de eventos que hicieron que nuestra celebración fuera la mejor. Nos ayudaron bastante a relajarnos y así disfrutar 100% todo lo preparado con meses de anticipación. Uno de los mejores momentos de la noche fue tener que demostrar que las clases de baile sí habían servido de algo, no solo en el vals sino también en nuestro baile sorpresa de salsa, siendo lo más chistoso el momento de los solteros y solteras, sacar la liga y tirarla con el mejor desplante de Mario, y tirar el ramo. Anécdotas que mejor se quedan entre los asistentes. Podemos decir que fue una celebración completa, muy emotiva, alegre, llena de sonrisas y buenos deseos.

Junto a Mario, más que las fotografías y videos, los mejores recuerdos están en nuestros corazones junto a toda la gente que nos acompañó en esos momentos inolvidables. Estamos muy agradecidos y felices por todo lo vivido desde ese día hasta hoy.