El matrimonio de Leonardo y Nayareth en Lo Prado, Santiago

La crónica de nuestro matrimonio

Todo comenzó el 9 de junio del 2015 era una cita cualquiera, comimos pizza en el patio Bellavista, sin pensar mucho en lo que pasaría. Mi en ese entonces pololo me dijo que estacionó cerca del metro salvador porque no encontró nada más cerca, yo un poco rezongona reclame por lo mucho que tendríamos que caminar, pero bueno, aprovechamos de la noche para pasear, cuando casi llegamos al auto, tuvimos que cruzar el puente de los candados, que este cerca de Salvador y al final del puente fue cuando me encontré con lo que jamás imaginé. Mi familia y amigos, lleno de globos y carteles de colores que juntos decían "¿Te quieres casar conmigo?”.

La emoción de inmediato se dejo ver y solo lloré y bueno, no quedó más que decir el gran sí, pusimos fecha de inmediato, nada de cosas a medias, elegimos noviembre del mismo año, sí. Teníamos solo 5 meses para preparar todo. No teníamos mucho presupuesto y queríamos algo bueno y muy lindo, así que decidimos hacer todo nosotros con ayuda de nuestros super padrinos, que por cierto fueron un 7. Fueron meses de locos, Copa América y preparativos, de locos. Comenzamos por ver salones, luego el cockteil y menú, también el chef y todo el personal, etc. Ya teníamos todo listo y bueno, llegado el gran día, mi marido, familia y amigos se dedicaban a dejar todo perfecto en el salón, mientras yo terminaba los últimos detalles para las mesas, todo sería tan mágico como lo planeamos. Llego la hora de preparar a la novia, que emoción, creo que es el momento que más espera una novia en su día de matrimonio. Fui a casa de mi hermana mayor, yo soy la menor de 5 hermanos y la última en casarse, por ende sería un día muy especial tanto para mí como para mis padres. Mi hermana me pasó sales de baño, me dijo que me exfoliara muy bien la piel, tenía que estar radiante. Mientras me daba el baño, mi hermana puso música clásica, una música que quien pasaba por fuera de la casa, sabía que adentro había una novia preparándose, era totalmente adoc al momento, pasamos al maquillaje y mi hermana mientras me maquillaba me daba consejos y palabras que me llenaron el alma, lloré todo lo que no quería llorar en la iglesia, seguimos con un peinado muy asociado a mi personalidad, simplemente me encantó. Y terminamos con lo mejor, mi precioso vestido y ahora escribiendo que ganas me dan de volvérmelo a poner y casarme otra vez, me veía preciosa, me sentía la más linda, y estaba lista para ir al encuentro con mi amado como toda novia, llegué tarde, pero al entrar a la iglesia y ver a mi marido en el altar y el verme entrar, ahí se olvidó todo atraso los nervios comenzaron a apoderarse de mí y mi padre solo me decía, tranquila.