El matrimonio de Julio y Georgina en Macul, Santiago

La crónica de nuestro matrimonio

Fue todo muy estresante , porque los días pasan volando y no nos dimos cuenta cuando ya el día haba llegado. Fue un día muy especial, mi novio me envió una hermosa carta expresando su amor , un canasto con rosas lilas, globos, perfume y lencería . Ya con esos detalles la emoción se apoderó de mi ese día.

Llegó la Caro a maquillarme (¡es seca! , la recomiendo 100% Caro labrin Make - Up), todo muy tranquilo y ameno, comimos pizza y comenzó la sesión de maquillaje. Ya relajada, sin mirar hora ni nada, llegó Pablo (fotógrafo, también seco) y comenzó con fotografiás muy piola, tomo fotografiás a mi vestido zapatos y argollas, muy tranquilo todo. Llego la limusina (Chilean Way) y ahí comenzó el dolor de guatita. Vi la hora y eran las 17:30 (hora inicio de ceremonia) y ¡yo aún no me ponía el vestido!, nervios a mil, llegaron mis hijos, porque mi hijo de 10 años me entregó en el altar, me tomaba fotos, muy emocionado el de verme vestida de novia. Últimas fotos, últimos toques y ¡a la limo! Al momento de llegar a la iglesia mis nervios aumentaron y fue como ir sobre una nube, no escuchaba nada, mi sonrisa era nerviosa y hacia todo lo que me decían mecánicamente. Mucho nervio y emocionada de ver que quien me encandiló y enamoró a los 15 años, estaba ahí, a mi lado recibiendo la bendición máxima, uniéndonos y coronando nuestra historia en el altar, junto a nuestros 2 hermosos hijos y nuestros seres queridos.