El matrimonio de Javier y Ivette en Concepción, Concepción

La crónica de nuestro matrimonio

Crónica de un matrimonio, Javier y yo nos hemos amado durante 10 años. Nos conocimos en el colegio y aunque tenemos los más diferentes gustos, Dios nos unió con un propósito. Después de estar comprometidos muchísimo tiempo, el Señor nos concedió poder comenzar a planificar nuestra boda. Lo esencial lo tuvimos muy por adelantado: la confirmación de Dios, la fecha, el lugar y Alexis Fotografo. Pero casarse en pandemia es más difícil de lo que uno puede imaginar. Tuvimos miedo, pensamos que no podríamos casarnos y estar acompañados por todas las personas que queremos.

De un momento a otro mucha de la gente que conocemos estaba PCR+ y eso podía incluirnos a nosotros mismos. La situación sanitaria del país estaba (y está) descontrolada. Estábamos atentos a los anuncios del MINSAL, con miedo por tener que avisarle a muchos de nuestros queridos amigos que ya no podrían acompañarnos en nuestra felicidad. No estábamos tranquilos.

Para nuestra felicidad, no restringieron nada. Ese día tuve 3 haditas madrinas, que no solo me ayudaron a verme tal cual lo había imaginado, también su presencia me tranquilizaba y me recordaba que no estoy sola. Ahora en retrospectiva, reconocemos que el Señor fue (y es) muy bueno. Todo en nuestro matrimonio fue perfecto, y aunque faltaron muchos de los que hubiéramos deseado estuvieran, especialmente nuestros abuelos, volvemos a confirmarlo: Dios fue (y es) muy bueno. ¡A la semana siguiente de nuestra boda todo se puso aún peor, se redujeron los aforos por todas partes! Nuestro día era el momento perfecto. Aún estamos aprendiendo a convivir juntos, pero tranquilos y confiados en que no estamos solos, la presencia del Señor está en nuestro matrimonio. "Mejores son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo." Eclesiastés 4:9. Iglesia presbiteriana fundamentalista bíblica.