El matrimonio de Hugo y Viviana en Puchuncaví, Valparaíso
En la playa Verano Blanco 2 profesionales
H&V
13 Dic, 2014La crónica de nuestro matrimonio
Tuve el matrimonio que siempre soñé. Me casé con el hombre de mi vida con una vista al mar hermosa. Fueron 10 años de pololeo y toda una vida a su lado. El matrimonio finalmente resultó perfecto para mí, fue realmente lindo e increíble (como de película, como me dijo un primo), sin embargo, nada resulto fácil. Todo lo previo al matrimonio fue una competencia, entre la bendición de Dios y lo opuesto a él, en donde por supuesto venció Dios, gracias a todas nuestras oraciones. Ésta es nuestra historia:
Tuvimos dos años para planear todo, pero a veces los planes no sirven de nada cuando se vienen las malas rachas. Desde el momento en que Hugo me propuso matrimonio, no hubo día en que no imaginé y no busqué cosas para nuestra boda. Después de un año buscando lugares en donde casarnos (vivo en Santiago), finalmente descartamos el casarnos en la playa, ya que en lo económico no andábamos bien (despidieron del trabajo a mi novio y estuvo mucho tiempo cesante). Yo siendo aún estudiante, con trabajos de profesora part-time, y él cesante, no podíamos pretender tener un matrimonio en la playa, ni mucho menos pomposo, aunque la verdad es que nunca lo quise, solo quería tener una boda con el mar de testigo, pero en todos los lugares nos cobraban “un ojo de la cara". Finalmente, después de mucha búsqueda, encontramos un centro de eventos con vista al mar, en donde podíamos arrendar con el dinero que habíamos ahorrado el primer año.
Seguir leyendo »Tuvimos que contratar todo por separado, el lugar y la productora de eventos, y endeudarnos para pagar después de la boda todo lo de la productora. Finalmente todo lo demás cayó del cielo, fue una bendición. Mi madre me acompañó en cada momento, me ayudó en todo, ella hizo muchísimas cosas hermosas de la decoración a mano, lo que ella hizo fue maravillosa. La mayoría de la decoración la hicimos a mano, con ayuda de la familia, por lo que no solo fue un matrimonio personalizado completamente, sino que todo se hizo con amor. Y ni con todo el dinero del mundo hubiera podido pagar todo lo hecho con nuestras manos, ya que lo hecho con amor es impagable.
En cuanto a mi vestido, mi madre, que se llama Blanca, y mi tía, que le dicen "Negra", fueron las que me acompañaron a elegir mí vestido de novia, fueron ellas quienes me lo regalaron, y es gracias a ellas que pude tener ese vestido. Y a mi novio, mi cuñado lo apoyo en todo, le regaló su traje, y lo acompaño en todo momento. La familia en general se portó un siete, nos ayudaron muchísimo, sobre todo en pensar en lo que nos haría falta después de casados.
En cuanto a las fotos de boda, fue otra bendición de Dios. No teníamos como pagar tanto a un fotógrafo. Y de pronto cayó uno del cielo, un fotógrafo reconocido y prestigioso, que accedió a sacarnos las fotos prácticamente gratis, solo porque él vio en nosotros potencial para poder trabajar con las fotos que sacara en nuestra boda y hacerse un portafolio.
Mi novio consiguió además el que alojáramos en el hotel Marbella. Siempre fue un sueño para nosotros pasar nuestra noche de bodas ahí, ya que él trabajó en ese lugar, y siempre me hablaba de lo lindo que era y ahora tendríamos 2 noches ahí, lo cual era espectacular.
En fin, los preparativos no fueron fáciles. Siempre me pregunté por qué las novias se estresaban por su boda, si se supone que tienen que estar felices, pero ahora lo entendía todo. Claro, tenía que ser novia durante dos años para lograr comprender esto. Fueron dos años de preparativos y de mucho estrés, todo por cosas externas a nuestra relación, varias cosas tristes que no puedo ni contar.
Y en el último mes antes de la boda, surgieron más problemas. Tres, de mis cuatro abuelos enfermaron (tienen todos sobre 80 años). A mi abuela materna y a mi abuelo paterno los hospitalizaron. Esto fue muy triste, pero mis abuelos lograron salir adelante, y yo solo agradecí a Dios el hecho de que ellos estaban fuera de peligro de muerte. Mi abuela materna, a quién amo con toda mi alma, no pudo asistir a nuestra boda, pero estuvo siempre presente en mi mente. Yo solo estaba feliz de que aunque mi abuela no pudiera estar con nosotros en ese momento, lo estaría luego de la boda.
Y finalmente el día de mi boda llegó. Dos días antes de mi boda, había visto en el tiempo que ese día iba a llover en la playa, en el lugar donde nos íbamos a casar. Esto era lo único que me faltaba, ya que la productora iba a poner una carpa en el centro de eventos (carpa de tela no impermeable). Y como muchos de los invitados eran adultos mayores, creí que ni siquiera podrían disfrutar de la cena. No tendría tampoco la puesta de sol que tanto soñé. Además varios invitados (todos de Santiago), habían hablado de las dificultades de casarse en la playa, poniendo trabas, trabas que yo no había visto, porque soy idealista y soñadora.
Es por todo esto, y por los motivos antes expuestos, que me llené de un gran cansancio y frustración, por lo que me había costado todo, y de que no estuviera resultando. Es entonces que solo lloré, sobre todo porque mi abuela no iba a poder asistir a mi boda. Luego de eso, me entregué por completo a todo lo que saliera, no volví a llorar, y solo me dediqué a disfrutar, pensar positivo y a respirar.
Me casé un sábado 13 de diciembre, y el día viernes 12 partimos desde Santiago a Maitencillo (lugar de la boda). La productora que tenía que dejar todo listo el viernes, se atrasó en todo, pero respiré profundo, ya que al menos llegó. Esa misma noche que llegamos terminamos con mi familia los últimos arreglos, nos acostamos tarde, pero me relajé al saber que estaba todo ya listo, al menos por nuestra parte para el gran día.
Y el gran día llegó. Me levanté y estaba nublado, con "pinta de lluvia". Aun así me sentía muy feliz, ya que no me importaba ahora que lloviera, ni que hubieran truenos y/o relámpagos, no me importara nada malo que pudiera pasar, solo me ponía nerviosa que nos pudiéramos casar.
Después de que me fui del centro de eventos, me desconecte de todo. Llegué al hotel en donde me esperaba mi mamá (que me iba a maquillar) y mi prima (que me iba a peinar).Y por último, el trabajo final era ponerme mi vestido, en donde ayudaron mis padres. Estaba completamente entregada a lo que viniera. Casi ya no existían los nervios. Solo sentía muchísimas ansias de estar casada. Quería que pasara todo rápido… Y el gran momento llegó.
Desde el momento en que llegué al lugar, del brazo de mi padre, me sentí inmensamente feliz. Ahí estaban todos esperándome, nuestra gente más cercana y/o especial. Cuando finalmente vi a mi novio, y me dijo que me veía hermosa, me derretí completamente. Él se veía tan guapo, tan nervioso, y a la vez tan seguro y feliz, que me llenó de orgullo. Y es en ese momento que quería que todo pasara lento, como congelar todo ese momento. Con un micrófono me dijo sus votos de amor, los cuales voy a escribir a continuación:
“Nuestro amor es tan inimaginablemente grande como lo que jamás se llegará a imaginar. Te amo sin control, sin medida ni regla, te amo desesperada y dolorosamente, te amo con ternura, en dulzura y en paz, te amo por lo que eres y por lo que me haces ser.
Prometo hacerte la mujer más feliz del universo, caminar contigo tomados de la mano por todos los caminos que la vida nos presente, prometo abrazarte cuando tengas miedo, porque aunque yo igual los tenga, a tu lado me siento invencible. Prometo construirte estrellas para regalarte, pues mi amor es tan único que no podría bajarte una estrella que ya tiene dueña. Prometo respetarte por mí, por ti y por nosotros, prometo luchar toda una vida para lograr nuestros sueños. Prometo amarte apasionadamente y desearte con locura. Prometo ser tu aire cuando te haga falta, ser tus pies cuando no puedas caminar, ser tus brazos cuando estés cansada y ser tu hombre para tú corazón. Nuestro amor es tanto, que la muerte no nos separara, porque será una historia que jamás acabara. Te amo”.
Después de esas palabras, solo me quede sin palabras. Y agradecí en silencio a Dios, por tener todo lo que siempre soñé y más aún.
La cena fue exquisita, y la fiesta muy entretenida. Lo digo todo diciendo que duró hasta las 8 a.m. Y cuando nos fuimos al hotel, los pies ya no nos daban más de tanto bailar.
Espero les haya gustado nuestra historia. Y sepan que nada es imposible, que los sueños si se pueden cumplir. Solo necesitan tener mucha fe, trabajo y perseverancia. Y el resto, la magia para que todo resulte bien la pone Dios.
Servicios y Profesionales del Matrimonio de Hugo y Viviana
Otros Proveedores
Otros matrimonios en Valparaíso
Ver todas
Yachting Hotel Quintero
Club Árabe Castillo del Mar
Les Bourgeois
Inspírate con estos matrimonios
4 comentarios
Deja tu comentario