El matrimonio de Gustavo y Alexandra en Olmué, Quillota

Luego paso la hora y fueron donde el novio (que a todo esto me llamaba cada 10 minutos preguntándome si no me arrepentía y que no lo dejara plantado). El vehículo me tenía que pasar a buscar a las 20:00 a mi domicilio y, como vivo en el campo, ¡adivinen! Se perdió. 20:15 horas y no llegaba. Ya había entrado en desesperación y pensado un plan B, pero no teníamos por que los autos se los habían llevado y, en mi casa, no pasa ni locomoción. Ahí me puse histérica, hasta que me puse en medio de la calle a ver si llegaba, ¡con vestido y todo! Y venia. Al fin nos subimos e íbamos camino a la iglesia en el auto: mi papá, mi mamá, mi bebé y quien les escribe.

Luego, como tradición dije: “ya unos 5 minutos tarde como siempre la novia”, nada... Llegamos super puntuales. Me bajo del auto e íbamos a entrar y me dicen que espere. ¿Qué? El cura rompió su lápiz y se manchó de tinta la sotana. Ahi esperando toda nerviosa fuera de la iglesia, mi hijo no quería entrar con su pizarra, se taimó y yo con nervios.

Luego comenzó ese momento mágico. Escuché la marcha nupcial y mi estómago se apretó. Entre de la mano junto a mi madre y mi padre a la iglesia, fue algo indescriptible, veo a mi marido en el altar, su cara decía todo… Queríamos abrazarnos y llorar de felicidad, pero me contuve por qué pensé: “¡no puedo salir con el maquillaje corrido en las fotos!”. Respire hondo y seguimos la ceremonia. Todo precioso, hermoso, muy emotiva.

Luego, fuimos a nuestro local favorito Combinart, a tomarnos un mojito de frambuesa vestidos de novios, ¡rico rico!

Y a la celebración en el Local Dejando Huella en Olmué. tuvimos una entrada triunfal, un show que reflejaba una historia de amor, nuestro baile de novios, un pequeño brindis y la cena.

Tuvimos unos desperfectos con el local relacionado con alimentación y el bar abierto, estaba desorganizada la cosa y mi marido entró en estrés. Problemas técnicos para el grupo musical que contratamos, se cortó la luz y un sinfín de cosa, pero no permitimos que nada opacará nuestro día. Lo pasamos genial. Nuestros invitados, los precisos. Recomendación: si es al aire libre traten de contratar estas estufas de exterior, sus invitados lo agradecerán.