El matrimonio de Guillermo y Daniela en Las Condes, Santiago
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G&D
20 Oct, 2018La crónica de nuestro matrimonio
Ese día nos despertamos temprano, a eso de las 7 am. Yo no podía dormir más, ya llevaba una semana durmiendo poco y aquel día no fue la excepción. Nos bañamos y tomamos nuestras cosas que ya teníamos arregladas del día anterior. Partimos con mi cuñado y su polola que se quedaron en nuestra casa a tomarnos un cafecito para despertar y para tener algo en el estómago. Pasamos a un Starbucks, yo saltaba mientras hacíamos la fila, ya que me embargó una pequeña emoción. Para mi suerte, me encontré con una amiga, me alegró verla y saber que luego estaría con ella y con mucha gente importante para nosotros. Eran alrededor de las 9 y mi maquilladora me llama diciendo que ya había llegado al hotel, una hora antes, por lo que nos terminamos el desayuno y nos fuimos a casa de mis padres a buscar mi vestido y el traje del novio y nos fuimos volando al hotel.
Llegamos allá alrededor de las 9:45 y nos reunimos con Cinthya, para comenzar la maratón de los peinados y maquillajes. El centro de operación lo montamos en la habitación de los novios, ahí llegaron mi suegra y mi cuñada que estaban alojadas en el mismo hotel. Comenzaron con mi cuñada y yo estaba sentada en la cama viendo como transcurría todo, pero me puse ansiosa y pensé que estaba perdiendo el tiempo, así que bajé a ver el salón. A esa hora no había muchas cosas listas y como me gusta estar metida en todo, les pedí las cosas que habíamos llevado días antes, así que feliz de la vida me puse a distribuir fotos, letras luminosas, cámaras y marcos con instrucciones para el juego del invitado espía. Una de las chicas que estaba trabajando le comentó a alguien por teléfono “está la novia acá y ella está ordenando todo”, lo cual me hizo mucha gracia, porque la verdad es que estar haciéndolo yo, me dejó mucho más tranquila, porque sabía que todo iba a estar en el lugar correcto. Luego llegó mi hermana a ayudarme y mi, en ese entonces, novio. Se nos ocurrió practicar el vals en la pista de baile y fue súper bueno, ya que pudimos ver el tamaño y ver hacía que lado hacer el vals. Después de dejar todo listo en el salón, subimos a la habitación donde ya estaban listas mi suegra y mi cuñada y estaban terminando con mi otra cuñada. Así que, el novio se fue a la habitación de sus padres y nos quedamos solo mujeres en la habitación de novios. Yo me di una ducha y me puse una mascarilla de hidratación para que mi piel estuviera lista para recibir todo el maquillaje. Mientras maquillaban a mi hermana, llegó la fotógrafa, Javiera, mientras yo repasaba las arrugas del velo con una plancha vertical, todas se reían porque yo estaba haciendo eso, pero sabía que era lo correcto, así estaría impecable al caminar al altar. Javiera fue a la otra habitación a sacar fotos, los hombres estaban viendo un partido de fútbol y mi novio terminando de traspasar los votos para tenerlos a mano por si se le olvidaban (yo ya había escrito los míos).
Seguir leyendo »Llegó mi turno para el peinado y maquillaje, mientras me tomaba una copa de espumante, Cinthya hizo toda su magia. En ese momento estaba solo con mi hermana, así que nos dedicamos a conversar tonteras para estar más relajadas. Luego me enteré que ella hizo muchas cosas esa mañana para que no me molestaran a mí, fue mi brazo derecho. Unos 15 minutos antes de las 3, yo ya estaba peinada y maquillada, no podía parar de verme al espejo, me sentía la novia más linda del mundo. En ese momento llegó mi ramo, precioso, lo único que faltaba para completar mi look de novia. Guillermo, junto a sus padres y hermanos, se fue a la iglesia, temprano para confesarse y para estar a tiempo para recibir a los invitados.
Mi hermana se puso su vestido rapidísimo y empezó a ayudarme con el mío. Fue toda una odisea, pero se la jugó acomodando a la perfección cada capa de la falda. Para cerrarlo, llevé un palillo de crochet y fue el mejor consejo que me dieron, en menos de 3 minutos, cerró cada botón. Tenía unos aros que había comprado a juego con el colgante, pero ella andaba con los aros que usó en su matrimonio, así que no lo dudé y usé esos aros y ella se quedó con los míos, me puso el velo, los zapatos y un toque de perfume. Eran las 3:30 y yo estaba lista para dirigirme a la casa de mis padres para recoger a mi papá. Me llamó el caballero del auto y me dijo que ya estaba esperándome, así que, me dispuse a caminar por el hotel, me sentía muy feliz y emocionada. En el ascensor me encontré con unos amigos del novio, pero tenía tantas cosas en mi cabeza que ni los saludé. Salí del hotel y estaba el auto, fue difícil subir, pero me ayudaron y partimos. Estaba radiante, la sonrisa me salía sola. Llegamos a buscar a mi papá y ahí estaba, esperándome con su traje impecable y con el relicario que le había regalado en el matrimonio civil. Nos sacamos un par de fotos y Javiera con mi hermana se fueron a la iglesia. Eran las 4 de la tarde y yo estaba con mi papá afuera de la casa esperando que nos llamaran para ir a la iglesia. Fueron 25 minutos muy divertidos, porque nunca pensamos que los tiempos que habíamos planeado se cumplirían tan bien. 4:28 y llaman a mi papá, era hora de irnos a la iglesia.
Llegamos puntualmente a las 4:30 y mis suegros, padrinos y novio ya se disponían a entrar a la iglesia. Cuando ingresaron los padrinos, avanzamos para hacer la gran entrada. Mis cuñadas me ayudaron con el vestido e ingresaron por los costados. Escuché la música y nos abrieron las puertas. Sentí que se me saldría el corazón por la boca de pura emoción, sentía como se me asomaban unas lágrimas, pero me contuve. Miré a todos los invitados, quería correr a agradecerles a todos por su presencia, pero el objetivo estaba frente a mí, mi Guille, esperándome en el altar. Mi padre no le dijo nada a él, solo le dio un abrazo, posteriormente supimos que fue para no llorar y el novio lo agradeció porque sabía que eso hubiese pasado. Nos saludamos y nos dijimos un par de piropos sobre nuestros atuendos.
La ceremonia fue hermosa, pese a que nos habíamos juntado con el cura anteriormente para ver los detalles, él se guardó una carta bajo la manga y nos sorprendió, ya que nos hizo improvisar unas palabras y fue el momento en que el novio se quebró y muchos lloraron, por mi parte no lloré en todo el día, lo cual me sorprende hasta el día de hoy.
A la salida de la iglesia, los invitados nos lanzaron confeti y nos fuimos rápidamente al hotel, para hacer una sesión de fotos. Cuando llegamos, aprovechamos de practicar el vals con nuestros trajes y zapatos, otra buena idea, nos dimos cuenta de que saldría hermoso.
Los invitados llegaron puntualmente a las 6 y empezó el cóctel, hicimos nuestra entrada y dedicamos unas breves palabras a los invitados mientras sonaba bossa nova de fondo. Todos nos saludaban y daban sus buenos deseos. Nos apartamos a un costado para tomarnos fotos con nuestra familia y ya fue momento de que los invitados se fueran al salón.
Nuestra entrada triunfal. Se abrieron las puertas del salón y empezó a sonar September de Earth, Wind and Fire. La reacción de los invitados nunca la esperamos, todos aplaudían y gritaban mientras bailábamos al ritmo de la música. Fue un momento increíble donde pensé “esta noche será un éxito total”. Dimos un breve discurso, el cual se centró en el amor, que no importa cómo, pero hay que amar y luego brindamos y vimos el diaporama que sacó más de un par de lágrimas. Luego, desde cada mesa nos dedicaron hermosas palabras y fue muy emocionante. Después de la cena, la cual tuvo jazz como música de fondo y antes del postre, el animador quiso ir prendiendo el ambiente e hizo un juego para ver quiénes eran los invitados más prendidos y fue muy divertido, terminamos bailando "Congelao". Luego fue el buffet de postres, el cual fue un éxito y los invitados se fueron al salón del lado donde sería la fiesta.
Abrimos la pista de baile con el Vals del Emperador y luego bailé Vals para una Novia con mi padre, fue un momento emocionante donde tuve que contener mis lágrimas. Después de eso, todo fue fiesta. Empezamos cantando entre todos canciones de karaoke y luego quienes se habían anotado, cantaron a todo pulmón, fue muy entretenido y me sorprendió que muchos se animaron a participar. Cuando terminó el karaoke, entregamos premios y empezó a sonar Chiki Chiki de DJ Méndez. No paramos de bailar hasta las 3 de la mañana, solo cuando fue el lanzamiento del ramo y de la caja de whisky. Disfrutamos cada segundo de la fiesta, nos entretuvimos con el cotillón y rematamos bailando Axé. A eso de las 2 am, hubo un consomé con mini croissants, todos los invitados se acercaron a la mesa donde estaba y desapareció todo, fue muy acertado tenerlo (personalmente me tomé 2 tacitas).
A las 3:30 ya todos se habían ido y solo nos quedaban los hermosos recuerdos de este día increíble, los cuales repasamos muchas veces y nos dimos cuenta de que todo resultó tal cual lo planificamos y los invitados se portaron un 7, no faltó ninguno y disfrutaron junto a nosotros todo lo que le habíamos preparado. Nos fuimos a dormir con una sonrisa y con el corazón hinchado de alegría.
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