El matrimonio de Germán y Natalia en Concepción, Concepción
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G&N
28 Ene, 2017La crónica de nuestro matrimonio
El día comenzó muy temprano para nosotros. Comenzamos arreglando el falso de mi vestido para que se viera aún más grande y pareciera una princesa, como siempre quise.
Tomamos desayuno con nuestra hija, mis suegros, mi hermano y cuñada. Luego, a comenzar con los preparativos. Todos en la casa comenzaron a hacer cosas a la vez, para ahorrar tiempo.
Mientras mi suegra preparaba el almuerzo, mi hermano y mi novio llevaron al salón de eventos las cosas que utilizaríamos allá. Cuando volvieron mi novio venía ya un poco nervioso, encontraba que ya era tarde, eran como las 11, y que recién estaban armando mesas y planchando manteles.
Yo por mi parte, comencé a armar mi ramo con toda tranquilidad y colgué de él el prendedor que encargué exclusivamente para poner una foto de mi madre y una de mi abuelo. Cuando era adolescente y conversaba del matrimonio con mi mamá le prometí que si alguna vez me casaba, ella entraría conmigo caminando hacia el altar y me entregaría a mi marido, ya que nunca tuve una relación con mi padre.
Seguir leyendo »Lamentablemente no se pudo, y ella falleció hace ya casi 5 años. Mi abuelo por su parte falleció hace 3 años y fue quien me crio, para mi él fue como mi padre por lo tanto, esta fue mi manera de cumplirle la promesa a mi madre y sentir que ambos me acompañaron en esa caminata.
Luego de almorzar algo liviano, porque ni hambre teníamos, comenzaron los nervios. Fuimos desfilando uno a uno a la ducha y al salir para empezar a vestirnos y arreglarnos, la prima de mi novio que me iba a peinar no llegaba, el auto que me llevaría a la iglesia, que es de mi cuñado tampoco, y para rematar, mi suegro fue a buscar los dos arreglos florales que habíamos mandado a hacer el día anterior para adornar la iglesia y cuando llegó con ellos. ¡Eran totalmente blancos! parecían de velorio, yo había pedido flores rosadas mezcladas con blanco y no había ni una sola rosada.
Mi novio lo llamó y él se hizo el desentendido, así que mi novio y mi suegro fueron a su local, ya eran como las 5:30 y el matrimonio era a las 7:00, menos mal los arregló y se solucionó el tema. Al fin llegó la prima de mi novio y comenzó a peinarme. No me miré en el espejo hasta que terminó el peinado y me puso la tiara, y casi me puse a llorar. Eran tal cual como yo quería, entendió perfecto la idea y eso que no tuvimos tiempo de hacer prueba de peinado ni de maquillaje.
Más tarde mi cuñada le arregló el vestido a mi suegra porque a última hora nos dimos cuenta de que le quedaba grande, luego todos se fueron vistiendo y arreglando. Llegó mi cuñado con el auto, le pusimos los adornos y comenzaron a irse. Mi novio se fue con mi cuñado, concuñada y sobrina.
Mi suegra se fue con mi hermano y cuñada a buscar a la abuela de mi novio y yo me quedé con la prima de mi novio y mi suegro, encargado de llevarme. Ella me ayudó a ponerme el vestido y yo me maquillé. A medida que lo hacía sentía que todo estaba pasando ¡Por fin me iba a casar con el hombre de mi vida! Vestí a mi hija, mi princesa y ella me decía que ambas nos íbamos a casar con su papito Germán.
Cuando llegó el momento de irnos a la iglesia, faltaban 20 para las 7 pero debía ir de Talcahuano a Concepción, mi suegro fue a prender el auto y sorpresa... ¡No prendía!, ¡El auto no quería partir! Me quería morir, ahí sí que me puse nerviosa, además me imaginaba los nervios de mi novio esperando en la iglesia y me ponía peor.
Finalmente mi suegro lo arregló, el auto tenía bloqueo de motor. Me fui a la iglesia sentada en el asiento de atrás junto a mi hija que sólo me miraba y sonreía, íbamos felices.
Al llegar a la iglesia me bajé del auto y vi a mi prima con los anillos en sus manos, y a mi sobrina con la pizarra esperando a mi hija, entraron las tres niñas y luego yo entré del brazo de mi hermano y con el ramo en mis manos, con la foto de mamá.
Vi la cara de mi novio y juro por Dios que todo lo demás desapareció, lo demás se difuminó y yo sólo lo veía a él mirándome y sonriendo. La ceremonia pasó rápido pero no por eso dejó de ser emotiva. Cuando el pastor nos hizo decir nuestros votos y responder "sí, prometo" a las preguntas de si prometíamos sernos fieles y estar juntos para toda la vida, mi hija desde la primera fila gritó "Yo también prometo", fue inevitable mirarnos y sonreír, incluso el pastor sonrió.
Luego de la ceremonia fuimos a la Universidad de Concepción a tomarnos fotos y de ahí a la recepción en el salón del sindicato de motoristas marino mercantes de Talcahuano. Todo estaba precioso, muy bien decorado, en la entrada había una mesita con el cofre de los deseos que preparamos, todos nos esperaban y entramos directo a bailar el vals. Para eso mi novio eligió "La gloria de Dios" de Ricardo Montaner. Fue precioso.
El cóctel, la entrada, el plato de fondo y el postre estuvieron riquísimo. La banquetera cumplió con todas nuestras expectativas. Después de la cena vino el baile, todos disfrutando con la buena música que puso el dj de Proaudio Concepción y el animador que fue super entretenido. Hicimos el lanzamiento del ramo, mi novio lanzó un premio para los solteros y luego entregamos los dijes de solteras.
Partimos la torta y estaba exquisita. Este fue un regalo de los padrinos de mi novio, y el piso de arriba era de moka, mi favorito. Lo pasamos muy bien y nos quedamos hasta el final de la fiesta. Todos decían que debimos habernos ido antes a la noche de bodas, pero nosotros decidimos disfrutar nuestro matrimonio hasta el final.
Es verdad lo que dicen todos los novios, que uno prepara esto por muchos meses, algunos incluso por años y el día pasa muy rápido, se hace cortito, pero sin duda se disfruta a concho. Es uno de los días más felices de nuestras vidas.
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