El matrimonio de Germán y Katherine en La Reina, Santiago
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G&K
21 Oct, 2017La crónica de nuestro matrimonio
Recuerdo ese día y me emociona ver todo lo bello que resultó, fue realmente un sueño. Aquí trataré de plasmar todas esas emociones vividas en uno de los días más bellos de mi vida.
El día escogido fue el 21 de octubre de 2017, la noche anterior pensé que no dormiría, pero me equivoqué, nos quedamos dormidos ya que mis suegros venían de San Carlos (cerca de Chillán) y llegaron un día antes, entonces mi departamento era un caos por lo que nos acostamos cansados.
Al día siguiente despertamos y teníamos varias tareas que realizar, la primera era ir a comprar flores a Mapocho para adornar la iglesia, junto con eso llevar el pendrive con la música para la salida de la iglesia que habíamos escogido, llevar detallitos al centro de eventos y que la niña que me hizo mi ramo de novia y de tiro me lo llevara al metro cercano a mi departamento, pero me olvidé… ya que cuando fuimos a la iglesia puse mi celular en silencio y se me olvidó por completo que me había quedado de juntar a las 11:00 horas, con la niña del ramo. Fuimos a todas partes y de repente mi suegra me dice: “Katy, ¿qué hora es?”, cuando saco mi celular y tenía 15 llamadas perdidas de la niña. Qué horror… ya eran casi las 12:00 horas. Le di volumen al celular y llamé a la chica. Niñas, tenía una vergüenza terrible, pero tuve la mejor de las fortunas, la niña aún me esperaba, la pobre se preocupaba más de mis flores que se podrían marchitar por el calor que hacía, que por el tiempo que la hice perder. Me saqué un 7 con la niña definitivamente, y eso me hizo pensar hoy las energías positivas están conmigo, y así fue, ya que de ahí en adelante todo se fue dando perfecto.
Seguir leyendo »Bueno, luego de eso, mi esposo me llevó junto a mi hijo y mi hijo perro, a la casa de mis papás, ya que saldríamos desde allá juntitos en el auto que nos iría a buscar, y él se debía regresar a nuestro departamento, para arreglarse. Llegando donde mis papás, sólo faltaba esperar que llegara el fotógrafo con su equipo y la maquilladora, yo por lo demás estaba tranquila, extraño, porque yo soy un atado de nervios. En eso llegó el fotógrafo que comenzó a tomar fotos de inmediato a mi vestido, zapatos, argollas, ramo, etcétera. Pasa como media hora y llega la maquilladora un poco atrasada, pero yo tranquila dije: “ella sabe hacer su pega, así que no se debería demorar tanto”. Mientras estaban maquillándome y peinándome el fotógrafo sacaba fotos, grababa y mi esposo me mandaba y mandaba mensajes, él ya había llegado a la iglesia, se había atrasado nuestro matrimonio porque colocaron unos bautizos antes y se iban a demorar, por lo que yo me relajé. Claro que me relajé demasiado porque mi esposo luego me dice: “ya terminaron los bautizos, vente luego”.
Yo estaba casi lista, me fui a colocar mi vestido, subimos al auto, mi papá, mi hijo, mi perrito y yo, pero no nos podíamos ir porque debíamos esperar el auto en el que se iría mi mamá y ella aún no se vestía. Yo decía: “Kathy, respira profundo”, nadie ni nada te arruinará tu día. Estuvimos arriba del auto como 20 minutos y mi esposo me invadía de WhatsApp, ya estando todos arriba de los autos partimos, fue hermoso, yo iba en un convertible, sentía el aire en mi cara, mi pelo volaba y me sentía feliz, con esa sensación de libertad, en eso el chofer del auto me dice: “voy a cerrar el techo o si no llegará sin peinado”. Mi esposo me escribía cada 2 minutos, le decía: “voy en tal parte, tranqui, si la novia siempre llega tarde y yo con mayor razón, jamás he llegado a algún lugar a la hora”. Yo lo tomaba para la risa, pero el pobre estaba muy nervioso porque estaban todos los invitados ya en la iglesia, de hecho, casi toda su familia se fue en una van la que arrendaron para el viaje a Santiago, y ellos ya llevaban como 4 horas esperando. En eso llegamos y me comenzó a doler mi guata que le dije al chofer: “necesito ir al baño urgente”. Él se reía y me decía: “respire profundo y disfrute”, comencé a sudar de manos, y ya llegando a la puerta de la Iglesia y mirar para adentro y verla con mucha gente me dio mucha alegría. Todos mis invitados fueron a la iglesia, comencé a caminar junto a mi papá y a mi perrito que lo llevaba en brazos, fue bello, sentí que pude hacer todo lo que quería y nadie me puso trabas.
La misa fue entretenida, me reí mucho, el diácono hizo participar a los invitados, y más encima comenzó a sonar el tema que yo había llevado (“El amor que soñé de Mariah Carey”). Mi esposo tenía sus ojitos llenos de lágrimas y yo le decía: “no llores, por favor, que yo no quiero llorar” yo pensando: “no quiero que se me destruya mi maquillaje” (siempre digna). Bueno, ahí fuimos a dejar a nuestro perrito al departamento y de pasadita nos pasamos a sacar fotos a un parque que está a cuadras y nos fuimos a la fiesta.
Llegamos y estaba tocando el chico que contratamos para tocar el saxofón (instrumento que me gusta casi desde que nací), alcanzamos a comer algo del cóctel y se les entregaron globos a los invitados, blancos y dorados para que ellos escribieron sus deseos para nosotros en ellos, nos sacaron fotos y a la cuenta de 3 todos los lanzaron, todo era como un sueño y de ahí entramos. Teníamos una alfombra roja en la que cada mesa pasaba juntos a nosotros los novios para sacarle una foto, ya que yo no quería la típica foto en las mesas, siempre buscando lo diferente, ahí entramos a la fiesta, la mejor fiesta que he ido en mi vida, y no es porque era mi fiesta, en general en las fiestas que he ido no toda la gente baila o termina temprano, en mi fiesta todos bailaban, estaban muy prendidos, incluso ya gente mayor, nunca dejaron la pista sola. Hicimos un baile con mi esposo pequeño pero lindo con burbujas y humo, onda de película, luego el bailable movido a mil, cotillón y llegó el baile entretenido, dos chicas y un chico que se cambiaron como 7 veces el vestuario, un baile de gran nivel. Nos sacaron a bailar a los novios, ellos hicieron que nosotros fuésemos los reyes de la noche, el show sólo se basó en nosotros dos, luego hicimos un baile tras una pantalla gigante que la convirtieron en biombo, un baile poco común, pero era lo que yo quería, no quería mostrar la pierna ni los calzones a los demás invitados y qué mejor que fuera en el escenario sin invitados encima de nosotros. Los invitados, solo fueron espectadores de nuestro show. Seguido vino el ramo, la torta y seguimos bailando.
Ya eran las 5 de la mañana, la hora que debía terminar y como seguían bailando, tuvieron que prender todas las luces, como en la discoteque. La familia de mi esposo decía: “pero sigamos el carrete”, juro que no sé de dónde sacan tantas pilas, los admiro, claro que yo no me quedé chica porque yo no paré ni para tomar agua, yo bailé toda, pero toda la noche, fue maravilloso. Al final el fotógrafo me dijo: “primera vez que veo a una novia tan alegre, que disfrutó su fiesta hasta el final y con un vestido tan bello y original”. Por otro lado, el DJ me dijo: “Kathy, tu eres la mejor novia que he visto en todos los años que tengo de experiencia, llevaste tu propia fiesta, tus invitados de lujo, te apañaron todo el rato, y casi el 100% de los invitados se me acercó para felicitarme por la fiesta”.
Todos se entretuvieron mucho y eso fue lo más rico, porque toda la fiesta fue muy nosotros, nosotros con mi esposo somos unos loquillos, hacemos muchas tonterías. Bueno niñas, espero no haberlas aburrido con mi historia y sólo les puedo dar un consejo, disfruten cada detalle, hagan lo que quieran ese día, no se enojen, ni se pongan tristes porque algo no les salió, porque si ustedes son felices estarán con energías positivas y todo fluirá. Les deseo a cada una de ustedes que sus días sean maravillosos y sean muy felices.
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