El matrimonio de Francesc y Nebeska en Temuco, Cautín

El entrar a la iglesia fue mágico. Del brazo con mi papá, todos mirándonos, me invadió la emoción y cayeron lágrimas de alegría, de estar viviendo ese momento junto a tanta gente querida. Mi novio también estaba muy emocionado, fue realmente hermoso lo que se vivió en ese momento.

Pasada la ceremonia, salimos y nos fuimos en un descapotable rojo al centro de eventos. Lo pasamos increíble, el poder tener a tanta gente que uno quiere reunida, es lejos una de las mejores cosas de ese día, gente de distintas áreas de tu vida (amigos del colegio, del trabajo, familia, etc.) es una bendición que jamás olvidaremos y que estaremos siempre agradecidos, por el esfuerzo que muchos hicieron para acompañarnos y celebrarnos en el día de nuestra boda.

Es verdad que casarse es caro. Uno se gasta varios millones en algo que va a durar unas pocas horas, pero en mi opinión, creo que vale la pena. Sí, es verdad que con ese dinero se podría viajar, dar un pie para una propiedad, o tantas otras cosas o imprevistos que tiene la vida. Pero yo creo que, si uno tiene los medios y puede pagarlo, vale la pena gastarlo.

El ambiente que se crea es algo que no se olvidará nunca, es un día en que la pareja es la protagonista y no hay más que disfrutar y pasarlo bien con quienes uno escogió tener alrededor. El dinero es para gastarlo, ¿y qué mejor que compartirlo con los seres queridos?

¡Deseo mucho amor para las parejas que están en los preparativos! ¡Disfruten cada momento que cuando llega el día todo pasa muy rápido!

¡Un abrazo fuerte para todos!