El matrimonio de Felipe y María Jesús en Quillota, Quillota

Durante mi preparación nos reímos mucho, mis hermanos iban a ver a Felipe a su cabaña a mirar los avances de su preparación, fue todo muy familiar, lo que hacía que los nervios no nos hicieran desesperar. Se acercaba la hora fijada para salir y yo aún no estaba lista, nada raro supongo en las novias.

Felipe y su familia salieron a la hora 18:00. Yo salí una hora después, ¡ups! Afortunadamente la jueza del registro civil también se retrasó y todo fue perfecto. Al llegar al lugar estaba muy ansiosa de ver a Felipe, los invitados y el lugar que habíamos elegido con tanto amor. Nuestra ceremonia y celebración tuvo siempre un sello muy personal y poco tradicional.

La ceremonia fue al aire libre, en el medio de árboles y la naturales, Felipe entró junto a sus padres desde un extremo del lugar y yo desde el otro extremo también junto a mis padres, quienes nos acompañaron hasta un lugar, para luego encontrarnos en el camino y unirnos para realizar la ceremonia, de alguna manera es una metáfora de esta linda vida que hemos decidido compartir.

En el cóctel nuestros amigos tocaron en vivo clásicos de los 80 y canciones propias, le dio un toque romanticón al momento. Fue una celebración emocionante y natural, sin tanto protocolo, donde nuestros amigos y nuestras familias se sintieron cómodos, según hemos sabido. Después de un año de preparación todo salió como siempre lo esperamos, pudimos compartir con los invitados, y ser parte de nuestra celebración, las mesas tenían las fotos de nuestra sesión preboda, donde los nombres de las mesas eran trastornos mentales (ambos somos psicólogos), lo que causo mucha risa entre los invitados, lanzamos el ramo a través de una ronda, de una forma más participativa para todas las solteras.

Hoy a casi a un mes de la celebración de nuestro matrimonio, reviso las fotos y me encanta sentir como las imágenes captaron y transmiten la esencia de esta celebración y de nuestro amor. Un amor entretenido, compañero y cómplice.