El matrimonio de Esteban y Daniela en Valparaíso, Valparaíso

La crónica de nuestro matrimonio

Fue un dia muy especial, el matrimonio fue desde las 17.00 horas con civil en la iglesia, comencé a prepararme a las 14.00 horas para estar lista a la hora, dentro del día me mantuve muy tranquila pero muy ansiosa, quería que llegara luego la hora para comenzar a vivir la experiencia más hermosa de mi vida vivida hasta ahora; llegando la hora y al ver que mi maquillaje aún no terminaba (ya estaba por acabar pero yo no me daba cuenta). Me comencé a poner nerviosa, luego me vestí y llegó el auto justo a la hora a buscarme para irme a la iglesia, el novio ya había llegado una hora antes a recibir los invitados, al llegar miles de emociones pasaron por mi cuerpo. Fue algo completamente hermoso entrar y ver a toda la gente que amas mirándote y esperando que entres para ver como vienes y ver a tu en ese entonces novio esperando con unos ojos especialmente brillantes. No sé, fue totalmente hermoso que repetiría mil veces con la misma persona si es que se pudiera. Luego que terminó la ceremonia civil y religiosa, nos fuimos a sacar fotos a la Laguna de la Luz en Curauma, los nervios ya habian pasado pero empezó a llegar la ansiedad por la fiesta y el hambre. Estuvimos en la sesión de fotos alrededor de una hora y media para ahora tener unas fotos realmente maravillosas, un 10 le doy al fotógrafo. Luego al llegar al local comienza la segunda parte de la magia, todos esperan ya a los recien casados para celebrar ese tan memorable dia para ellos y el más especial para nosotros. Nos esperaba afuera la productora del evento que fue realmente maravillosa con nosotros, se preocupó de todo pero de todo los detallles y que todos salieran tal cual ella nos habia prometido. Nada que decir sobre ella, todo salió realmente mucho mejor de lo que esperé y soñé. Al llegar al evento son emociones inexplicables que recorren tanto tu cuerpo como el de ya tu marido. Es maravilloso sentir eso desde el primer instante, desde que se dio inicio a la fiesta fue todo hermoso, todos los mosos atentos a cada uno de los invitados y a los novios que a nadie las faltara nada y que nosotros no nos preocuparamos de absolutamente nada. Nosotros solo nos dedicamos a disfrutar de ese día aunque ya cuando terminas de bailar el vals y te sientas a comer, tu cuerpo te píde un descanso. El ajetreo te pasa la cuenta y el cansancio por todo lo acumulado llega cuaticamente, pero una vez las pilas recargadas y comenzando con el baile se olvida todo el cansancio. Bailé toda la noche, todo el matrimonio. Nunca había bailado tanto en mi vida y si no fuera porque se acabó el servicio a cierta hora aún seguiría celebrando mi matrimonio con todos mis seres queridos. Fue un dia maravillosamente especial para mi, después como una novia muy inusual con nuestros amigos nos fuimos a seguir festejando en la playa hasta que ya se hizo la hora de volver a nuestros hogares.