El matrimonio de Emilio y Catalina en Santiago, Santiago

La crónica de nuestro matrimonio

El día de mi matrimonio fue como un sueño. Despertamos con mi novio diciendo "hoy nos vamos a casar", y todavía sonaba como algo lejano. Me levanté como a las 09:00 am, me duche, tome mis cosas y partí a buscar mi ramo de novia a la casa de mi proveedora "el mundo de las flores" para que estuviera perfecto. Luego nos fuimos al hotel Director en Vitacura con mi mamá y hermanas para esperar ahí a mi maquilladora Rocío Jeria y fotógrafo Martin Carrasco. Había un sol precioso y amor en el aire. Almorzamos unos sándwiches que compró mi mamá en el supermercado que estaba cerca.

No habíamos pensado con mucho detalle sobre qué comer, aunque pierde importancia, porque tienes muchas otras cosas que hacer. Como toda novia me atrase un poco, pero no hay que estresarse! son cosas que pasan. Hay que disfrutar cada momento, incluso ese cuando tus amigas te llaman para saber dónde vienes. En camino a la iglesia, con mi papá dándome la mano todo el camino, ¡te sientes una súper estrella! todo el mundo quiere saludar a la novia, lo que ayuda a bajar un poco la ansiedad ¡Porque la verdad estaba nerviosísima!! Al llegar a la Iglesia "Basílica de la Merced" y caminar del brazo de mi papá hacia el altar es de los momentos más lindos, ya que ves a todos tus seres queridos reunidos y felices por ti y cuando miras hacia adelante, solo puedes quedarte fijo mirando a tu novio que te espera con una sonrisa grande y hermosa. La misa toma real sentido, porque cada palabra fue escogida por y para nosotros para ser los cimientos de nuestra vida juntos.