El matrimonio de Diva y Nicolás en San Vicente, Cachapoal

La crónica de nuestro matrimonio

No podemos dejar de dar gracias a Dios por nuestro matrimonio. Con alegría podemos decir que todo lo que vivimos el día de nuestra boda fue de maravilla y con gusto lo volveríamos a vivir.

Nuestro matrimonio no estuvo exento de todos los improvistos que algunos de nuestros amigos nos advirtieron que podrían pasar. Y sí, pasaron (atrasos, olvidos de cosas, nervios, etc.), sin embargo cada situación que se nos presentó no fue lo suficientemente grande como para opacar lo lindo de ese día, gracias a Dios.

Sin duda nos quedamos con la excelente sensación de que ¡nuestro matrimonio fue el mejor!, independiente de la opinión y percepción que haya tenido cada uno de los invitados, nosotros (los novios), disfrutamos todo y atesoramos cada momento de ese día como algo especial que no olvidaremos jamás.