El matrimonio de Cristopher y Kiara en Santiago, Santiago

Finalmente, llegaron a buscarme y en la camioneta me fui con mi padre, el fotógrafo y mi hijo. Creo que a pesar de haber sentido tantos nervios preboda, ese día quedo todo fuera, estaba muy tranquila, me sentía tan bien que no había tiempo para los nervios. Al entrar al iglesia, ahí estaba él, hermoso y muy emocionado al verme. Todos sacando mil fotos y para donde miraba había familia con una sonrisa de oreja a oreja. Más que sonrisa, creo que era una gran emoción.

Después de la ceremonia, nos fuimos a dar un breve paseo y luego al evento ¡Sinceramente todo soñado! Jamás pensé que todo saliera tan maravilloso. En medio de la cena, interrumpen y nos dicen que nos tienen una gran sorpresa, en eso entran unos mariachis el cual llenaron de emoción aún más todo (regalo de mis abuelos). Entre fiesta, comida, emoción y baile, dimos más sorpresas aun, puesto que ademas de tirar el ramo y la liga, también se tiraron cosas para l@s casad@s. Todo fue mejor de lo que esperábamos.

Para terminar, al otro día del matrimonio nos fuimos de inmediato de luna de miel pero con nuestro hijito. Una semana fuera de casa, desconectados de todo y regaloneándonos.

Espero les haya gustado nuestra historia, les deseo lo mejor, nunca dejen de pololear, ¡amarse y respetarse! ríanse juntos, salgan a divertirse, no hagan de su relación una rutina.

¡Un fuerte abrazo!

De familia Jiménez González