El matrimonio de Connie y Roberto en Molina, Curicó

La crónica de nuestro matrimonio

Fueron 6 intensos meses de preparativos, con pequeñas discusiones junto a mi marido por los detalles, porque faltaba esto, que aquello, con alegría, emociones por cada paso que debamos. Lo más emocionante de los preparativos para ambos, fue el comprar nuestras argollas. Y para mí, lejos el comprar mi hermoso vestido. Llenos de ilusiones caminábamos juntos este maravilloso camino y cada día se acercaba más y más ese tan esperado día.

Ese 5 de diciembre, desperté temprano para poder hacerme la manicure, además de ir a ver el local, tuvimos pequeños inconvenientes que se solucionaron en el momento, pero que me hicieron poner sumamente nerviosa. Luego llego a mi casa la maquilladora y la peluquera, quienes me dejaron realmente bella, y ya cada vez las horas pasaban más rápido y los nervios aumentaban.

Mi madre me ayudo a vestir, ella me miraba sin decir absolutamente nada, yo no sabía que decirle, solo le respondía su mirada de ternura, sus ojos brillaban al verme.

Llegó la hora de emprender mi viaje hacia la iglesia, los nervios, la emoción, esas inmensas ganas de llorar de alegría aumentaron. Mi tata se fue conmigo en el auto, mientras mi padre me esperaba en la entrada de la iglesia. Ese camino fue tan cortito, pero recuerdo que solo rezaba y le daba gracias a Dios por tanta dicha.