El matrimonio de Claudio y Dafnne en Maipú, Santiago

Me maquillaron, peinaron y vistieron, todo tranquilo. Mi madre llegó y comenzaron a arreglarla, era rápido porque estaba atrasada, eso sí me tenía nerviosa. Y quedando 30 min para ir a la ceremonia, mi padre llegó. A todo esto, un amigo me llevaría a la ceremonia, pero se le olvidó los zapatos en la casa, por lo que tenía que ir corriendo, pero justo ese día había mucho taco y yo, aun así, mantenía los nervios a un nivel muy bueno.

Ya camino a la ceremonia, nos estacionamos fuera del lugar para que mi hermano alcanzara a estacionar el auto y se colocara en el lugar de la ceremonia mientras, con mi papa en el auto, comienza una conversación muy entretenida: en qué brazo tenía que tomarme yo, lo cual él comenzó a buscar en el Google, pero nos reíamos mucho. Y en eso veo pasar mi auto, o sea, el auto donde estaba el novio, yo quedé plop, y le dije a mi padre: “oye, es el Claudio”, y automáticamente me cubro la cabeza con el ramo y me responde: “no si él debe estar adentro”, y le digo: “papá, no, él es el único que maneja el auto” y me dice: “no, hija, tranquila, sí está adentro, no era él”.

Entramos y ya estábamos estacionando cuando veo que, efectivamente, Claudio estaba bajándose del auto, corriendo colocándose la chaqueta, y yo solo atiné a cubrirme nuevamente con el ramo. Me bajé del auto cuando ya mi marido estaba en el altar, y comenzaron mis nervios y mariposas en el estómago a full, con ganas de llorar, y lo único que atiné fue a respirar profundo para no arruinar el maquillaje.

Caminando al altar seguía queriendo salir lágrimas, pero en eso mi cuñada (hermana de mi marido) me grita: “¡Rica!”. Y quede plop, que me distrajo mucho para casi ponerme a reír. La ceremonia fue muy linda y emotiva, pero no me acuerdo nada de lo que hablé. La recepción fue muy linda, comida totalmente abundante (ya que nosotros pedíamos platos de comida, no de coctel).

Decoración totalmente lo que pedíamos; el DJ, Antonio, se portó maravillosamente con la música que pedíamos. En todo momento nos sentíamos a gusto, organización de los juegos, en todo momento estaban los invitados entretenidos. Nos gustó mucho el trabajo de Vimont Fotografía y Videos, desde el momento 1 en el que los contratamos, ya que nos entregaron toda orientación para que las fotos se vean super lindas (muchas se olvidan en el momento). Y, en el matrimonio, pendientes de todos los detalles y momentos importantes que quisiéramos recordar.

La torta la realizo My Sweet Day, y fuimos demasiado felices con ella (Macarena) por que supo hacer realidad las ideas que teníamos en nuestra mente para la torta con cada detalle pequeño que pedíamos pero, por sobre todas las cosas, muy muy rica de sabor. Creo que, a pesar de casarnos con mascarilla y restricciones, fue muy lindo todo y, siendo honestos, eso le da el toque especial que no será fácil de olvidar. Estaban los justos y necesarios de invitados (al estar en pandemia no era necesario invitar a alguien por compromiso) estaban solo las personas que queríamos y cada detalle te llena más de felicidad.

De luna de miel nos fuimos a la playa a Viña del Mar, solo 2 días ya que no podíamos tomarnos más días por mi trabajo, pero fueron super lindos, románticos y reponedores, con otro aire y, sobre todo, con todas las medidas necesarias para no contagiarnos. Nos quedamos en el Hotel New York, que realmente quedamos felices, una recepción muy bella y decoración en la habitación que nos encantó. Todos los chicos muy atentos y, por sobre todo, económico pero muy cómodo.

Espero les guste mi crónica, sé que quizás no es lo que siempre leen, pero es lo que sale de mi corazón, y animo a todas las novias que piensan casarse en pandemia, cuesta, pero siendo con amor y una buena organización, queda todo muy bello e inolvidable.