El matrimonio de César y Natalia en Puerto Varas, Llanquihue

Nos dedicamos a hacer muchos detalles nosotros mismos, como forma de ponerle amor al casamiento, preparamos plantas, en nuestro hogar, para los recuerdos y creamos unas bolsitas con sets de dulces, antiácido, manzanilla, pañuelitos, como pack caña. Para el momento de recién casados, y para no contaminar con papeles u otros, secamos cuidadosamente flores del jardín y silvestres, elaborando un confeti muy personalizado, fragante y colorido. También confeccionamos los partes de matrimonio, que por supuesto no entregamos por completo, y finalmente decoramos también el lugar de la ceremonia, para esto en lugar del tradicional arco de flores que se estila, por simplicidad de transporte y montaje optamos por una especie de "totem del amor" anclado al piso con vientos blancos, lo que le dio un toque muy personalizado a la ceremonia.

La banquetería por completo estuvo a cargo de Carmen Arismendi y recomiendo sus servicios a ojos cerrados, con nosotros fue un sol, la decoración, el montaje y todo corrió por parte de ellos y lo disfrutamos a concho.

El ramo fue lo último que hicimos, el viernes previo al matrimonio, lo hicimos juntos con una suma de flores silvestres, rosas que me regaló la vecina y otras flores compradas para la ocasión.

Las argollas las mandamos a hacer en base a anillos de mi suegra y mi abuela, fundiendo las historias familiares, lo que también le pone mucho significado a los anillos.

Me siento muy agradecida de haber contado con un día soleado y hermoso en la ciudad de Puerto Varas, todos nuestros invitados lo pasaron increible, se tomaron fotos bellas, bailaron hasta abajo y sin miedo, nos divertimos, nos reimos y nosotros, como recién casados motivados sin límites, fuimos los últimos en irnos del local, cerramos y con la botella de vino debajo del brazo (blanco, por supuesto para no manchar mi vestido) caminamos a la bencinera, nos comimos el copleto del bajón y llegamos de madrugada a nuestra casa a descansar los cuerpos de tanta jarana.

Lo pasamos muy bien en nuestro matrimonio, y eso no siempre pasa, lo vivimos con calma, relajados, sin contratiempos, realmente la magia del sur estuvo con nosotros.