El matrimonio de Catalina y Luis en Santiago, Santiago
De noche Verano Blanco y negro 9 profesionales
C&L
19 Feb, 2016La crónica de nuestro matrimonio
El día de mi matrimonio comenzó mucho antes.
Fueron 9 meses de preparativos intensos, desde cotizaciones hasta reuniones de coordinación.
La semana del matrimonio la tuve "libre", ya que usé el permiso legal, pero lo que pensé que sería descanso se transformó en la semana más movida de mi vida. Compré el cotillón, hice chocolates de recuerdo (se me ocurrió a última hora), armé las bolsitas de zapatillas chicle con su etiqueta y timbre correspondiente, fui a buscar mis novios de la torta, compré el helio que necesitaba, cintas de raso, etc. Menos mal el vestido lo tuve el fin de semana anterior al matrimonio y debo señalar que no alcancé a tener prueba de peinado, así que confié en la experta de mi tía.
El día anterior al matrimonio fui a hacerme una manicure permanente en tono rojo y de ahí partí al centro de eventos en Chicureo a dejar todas las cosas necesarias y tomé fotos mientras coordinaba dónde irían mis letras 3D. Luego corrí a mi casa para cargar el auto y llevar cosas al lugar de la ceremonia civil (fundas, lazos, vasos) y ensayaba por última vez el tango que bailaría con el novio. Nos dieron casi las 23:00 hrs. y debíamos parar, era muy tarde y a él le tenían una despedida de solteros sus amigos (la mía fue una semana antes, pero a él no le habían hecho nada y a sus amigos les bajó ahí el arrepentimiento, los odié por eso) y bueno, yo debía aún ir a buscar mis cosas e irme a la casa de otra de mis tías, que sería el lugar desde donde finalmente salí (de mi casa imposible porque había mucha gente, toda la familia del sur que viajó al matri).
Seguir leyendo »En ese trayecto recordé que olvidé llevar al centro de eventos 2 cosas muy importantes: los novios de la torta y el marco de fotos que me hicieron los chicos de DanceFloor. Así que la tía que me acompañó toda esa semana (a comprar y a dejar las cosas) se encargó de ir a dejarlas donde un amigo, quien junto a otros de mis amigos serían los encargados de llevar la torta e inflar los globos al otro día. Además de decorar el lugar del civil que sería en Macul, de locos.
Bueno. Ese día me acosté ya de madrugada, esperando dormir bien y no despertar temprano. Pero como sabemos que no todo es miel sobre hojuelas, me despertaron muy temprano. Primero mi amiga que iba a recoger la torta me llamó por un tema técnico que le dije que mejor viera con Luis. Quise volver a dormir y me llama la coordinadora general de Javier Larrain diciéndome que tenían un problema. Sí, aquí sentí que el mundo se me venía encima y se me apretó el estómago - me comentó que no se podría hacer el lanzamiento de globos porque la semana anterior casi hubo un incendio y que Javier prohibió cualquier tipo de globo. Le dije que eran de helio y no de lámparas chinas, así que me pidió que me comunicara con el coordinador de los metre. Lo llamé y él me dice que efectivamente casi hubo un incendio en Santa Catalina por unas lámparas chinas, pero que con helio no habría problema, que lo hiciera no más. Alivio, menos mal, porque mis amigos ya estaban allá probándolos desde las 09:00 hrs. Recién ahí pude volver a dormir un poco, ya eran casi las 10:00 hrs.
Desperté a las 12:30. Me pasé de largo. Corrí, debía estar donde mi tía a las 13:00 para que me peinara, pero siempre pensé en llegar a las 14:00 (sabía que me citó mucho antes). El tema era que no teníamos confeti para el baile sorpresa, así que yo tenía en el auto 2 tubos para reventar. Esperé que mi tía y mi prima salieran hacia otra peluquería (mi mamá salió más temprano) y salí en pijama a buscarlos (me dio lo mismo si me veían los vecinos), reventé uno y dejé la mega crema en la cocina, buscando una escoba para no dejar evidencias (era sorpresa, no podía verse nada) se me coló uno de los perritos y subió a la habitación donde tenía el vestido. Ay, subí las escaleras corriendo, el perro bajó, bajé corriendo, el perro subió, logré sacarlo de esa pieza y se fue a otra, cuando logré agarrarlo me costó llevarlo al lugar donde estaba originalmente en el primer piso con los demás perritos y ahí seguía el confeti desparramado. Lo recogí flashmente, abrí el otro tubo (ahora con cuchillo y golpecitos), todo lo metí a una bolsa y al auto. Corrí a la ducha, me vestí, agarré la cartera y salí.
Llegué donde mi tía peluquera (la única que me toca el pelo) a las 14:00 hrs. y ahí me enteré que hubo un apagón en Santiago. Nunca supe. Me peinó y quedé lista a las 15:00. Me fui tranquila de vuelta a la casa, ordené mis cositas, la tía que me acompañaba a todas se fue a buscar el ramo y yo me quedé haciendo hora hasta las 17:00, que era cuando debía llegar la maquilladora.
A las 17.08 hrs me dicen "te buscan abajo", corrí escalera abajo con la bata blanca pensando que era la maquilladora. Pero no, era el fotógrafo y la asistente de grabación, que llegaron un poco antes. De la maquilladora ni luces, así que pasadas las 17:10 la llamé y me dice que estaba atrasada. Pensé que por lo menos estaba cerca, pero no. Se justificó diciendo que había semáforos apagados por lo del apagón (valga la redundancia), pero eso no aplacó lo mal que me sentí. Mi mamá, mi tía y mi prima estaban furiosas. Lo que más me molestó es que ella no me avisó, tuve que llamarla yo. Finalmente llegó a las 17:30 hrs. y no traía las pestañas postizas ni recordaba el tono de labios de la prueba. Mal. De verdad. Lo peor es que a esas alturas yo mucho no podía hacer. Mandó a comprar pestañas y no eran las que yo quería, pero bueno. El labial nunca fue, así que hice que me lo sacara y terminé usando uno mío. Sí, uno mío (que claramente no era lo que yo quería para mi look).
El maquillaje estuvo listo casi a la hora que era el matrimonio, por lo que mi mamá me vistió exprés. No supe más de la maquilladora y entré en pánico porque debía estar casándome y recién tenía el falso del vestido puesto. Mi mamá full nerviosa y mi tía puro incomodando hablando otras cosas (y metiendo la cuchara cuando necesitábamos concentración). Cuando ya estuve lista me pusieron el velo y bajé a agarrar el ramo. Recién ahí mi mamá se pudo vestir, cuando yo ya estaba en la puerta esperando subir al auto.
Justo en ese momento suena mi celular y era la jueza subrogante (la oficial de la oficina de Macul estaba de vacaciones) y me dice que a las 19:00 tenía otro matrimonio, que ya era muy tarde y que no la habían pasado a buscar, así que si llegaban los del otro matri ella se iba no más y nosotros nos quedábamos sin casar. ¡Horror!. De verdad me paralicé. Por un lado quería matar al novio (a su hermano en verdad, que era quien había quedado de ir a buscar a la jueza) y por otro lado quería llorar. Mi prima me vio tan mal que cuando le dije que no había jueza y que quería llamar a Luis me quitó el celular y ella lo llamó. Desapareció de mi vista (y luego supe que trató súper duramente a mi ahora esposo y que el pobre quedó peor porque no sabía que aún no iban a buscarlo. Claro, su hermano no estaba en el lugar de la ceremonia y él asumía que estaba con la jueza, pero lo que ocurrió fue que justo ese día se echaron a perder los 2 autos de la familia, el del hermano justo 10 minutos antes de la hora del matrimonio. Igual el desubicado se había ido al gimnasio y la mamá fue tarde a la peluquería, así que si hubieran echado a andar el auto antes, el tiempo de reacción hubiese sido mejor, pero ya no fue, estaban sin auto y por lo tanto llegaron a la hora del níspero a buscar a la jueza porque se tuvieron que conseguir otro).
En eso aparecen listas mi tía, prima y mamá. Las 2 primeras agarran su auto y parten rápidamente. Mi mamá sube conmigo al auto que nos esperaba (que llego antes que la maquilladora) y partimos raudamente siguiendo a mi tía.
No les miento que todo el camino estaba nerviosa y quería llorar, pero me contenía por el maquillaje. Se me ocurrió escribirle a la hermana del novio que íbamos llegando, para que así su hijo asumiera su rol de pajecito y agarrara la pizarra que compré y que ella escribiría. Aquí otro momento del terror. Me escribe por whatsapp “Cata, todo mal, a Seba no le fueron a buscar su traje así que estamos aún en el dpto”. Solo atiné a enviarle una cara roja de ira de vuelta y desde ahí no interactuamos por whatsapp (presencialmente sí, pero por ese medio no, porque veo lo que escribió y recuerdo el mal momento). En definitiva, no había paje, no había pizarra, no había hermana en el matri de su hermano.
Comencé a escribir por whatsapp a mi otra tía (la que me acompañó toda la semana en mis preparativos y compras) para que dejara las argollas en la mesa, dado que no habría paje. Preguntándole si había jueza o no y diciéndole que si no había el matri no iba a ser tal. No estaba aún. Luego escribí a unos amigos hasta que me dijeron que la jueza iba llegando. Leve alivio.
Llegamos al lugar de la ceremonia, eran los jardines de una capilla. Mis amigos habían ordenado las sillas, arco, hecho los arreglos florales, instalado el audio, montado el mini cóctel, etc. Quería llorar. No sé si de nervios, de emoción o si fue un pánico repentino. Nunca en la vida había tenido esa sensación y aún no sé cómo describirla.
Bajé del auto apenas, mi mamá, fiel compañera y escudera me arreglaba el vestido. Yo seguía con esa sensación extraña. Entramos juntas, de la manito con “You rise me up” versión de Josh Groban de Fondo. Aquí todo cambió. En un segundo ya era pura emoción. No recuerdo mucho, tengo imágenes y recuerdos leves: caminar con cuidado y sentir que estaba tan seria de puro concentrada en no caerme, mirar el suelo, mirar al fondo al novio, ver que sí había jueza, comenzar a ver rostros de algunos invitados, mis primas llorando de emoción y tirándome besos y de repente ya me vi adelante, mi mamá ubicándome al lado de Luis y a la mamá de él a su lado.
Comenzó la ceremonia. Jueza antipática. Muy pesada la tipa. Una cara de 3 metros, desarreglada, voz de choreada. Traté que no me afectara, pero igual la entiendo porque la familia del novio se condoreó. Yo escuchaba todo, pero al parecer los invitados no, porque la jueza alejaba el micrófono, al punto de golpear el pedestal y casi botarlo. Filo. Continuamos y yo quería puro decir “sí” y firmar, hacer postura de argollas y recibir la libreta de familia. Cuando llegaron esos momentos fui feliz. Como anécdota nos dimos el beso antes del momento en que correspondía y no fue como le dije que tenía que ser, les prometo que lo habíamos ensayado, pero a él se le olvidó o se puso nervioso y fue un poco más efusivo, pero re poco (yo soy exagerada) y al rato la jueza dice “ahora sí se pueden besar” con una voz de odio que nos dio risa en ese mismo momento.
“Sugar” de Maroon 5. Aplausos, fotos, me despedí de la jueza y hasta ofrecí las disculpas por el atraso (se fue raudamente), abrazos, más fotos, comenzó un mini cóctel que encargué, comí 1 tapadito, tomé un poco de jugo, más fotos y le pedí al novio que ya nos fuéramos al pase, porque era tarde y así mejor comenzaban los invitados a partir rumbo al centro de eventos en Colina (medio pique Gracias Registro Civil).
Nos subimos al auto y partimos. Queríamos ir al San Cristóbal, pero llegamos y por la hora no nos dejaron subir. A esas alturas ya estaba tan feliz y relajada que le dije que nos fuéramos al Parque Forestal y Bellas Artes no más. Me ofrecieron la Plaza Baquedano y la fuente, además de Paris y Londres, pero no quise, porque es como muy común para mí y casi todos mis amigos tienen sesiones en esos lugares. Tampoco es que Bellas Artes fuera muy original, pero era un poco más urbano, que es lo que quería y le había visto unos trabajos ahí al fotógrafo. Así que upa. Partimos y ahí fue nuestra mini sesión.
Aquí viene otra anécdota. Resulta que Luis siempre termina con el celular descargado y aquel día no fue la excepción. Por lo tanto, el único contacto con el animador en el centro de eventos (que fue quien coordinaba todo con el metre) y con mi familia (para saber si llegaron) era mi celular. Lo último que supe es que mi familia se perdió e iban medios atrasados, la caravana que hicieron con todos los invitados no sirvió de mucho. Luego supe que había llegado gente al centro de eventos y que esperarían el 80 % para comenzar el cóctel. Colgué el celu y lo “guardé” en el bolsillo de Luis. Seguimos tomando fotos y en un momento ya no había mucho más que hacer así que dije “mejor vamos en camino, déjenme llamar para ver si mi mamá llegó y así vemos si nos apuramos o vamos lento, porque igual ya es tarde”. Eran como las 21:00 hrs., los invitados fueron citados 20:30, pero se comenzaría al llegar el 80 %, eso era equivalente a nosotros llegar allá entre 21:00 y 21:30 hrs. Pedí mi celu y Luis no lo tenía, nadie lo tenía. Fuimos al auto “por si acaso” estaba ahí. Nada. El conductor y Luis recorriendo los lugares donde tomamos fotos y yo urgida sin saber qué hacer. Usé el celular del fotógrafo para llamar a mi mamá (único número que me sé de memoria) y no me contestaba nunca, así que empecé a llamar a mi número. Varias veces y de repente me contestaron. Cómo habrá sido mi nerviosismo que le dije “¿Hola, con quién hablo?” y me dice “me encontré este celular” y yo le dije “sí, es que ese celular es de una novia y yo soy la novia”. Andaba por ahí cerca y me dio indicaciones de cómo andaba, así que el fotógrafo fue al encuentro. Así que quedé sola en el auto. Luego llegaron todos, partimos rápido y pude comunicarme con el animador. Todo bien. Pero le hicimos caso a Waze y nos mandó para otro lado. El chofer aplicó velocidad turbo (menos mal el Ford mustang es potente), nos dimos una megavuelta y logramos llegar a la segunda mitad del cóctel, a las 21:45.
Entramos al centro de eventos y todos los invitados estaban en la terraza del lugar con globos led en sus manos. De fondo sonaba “All of me” de John Legend, comenzamos la caminata por el jardín iluminado. Nos detuvimos al medio, a la altura de las letras 3D y se acerca mi mamá y una tía a entregarnos globos (no sé por qué, se supone que nosotros solo los veríamos volar). El animador decía cosas, no recuerdo qué, pero eran demás era algo cursi. Lanzaron los globos y se veía lindo, sobre todo el ambiente lo daba la canción.
Seguimos la caminata y llegamos a la terraza de los invitados, así que comenzaron a saludarnos. Probamos algo del cóctel, pero la verdad tenía el estómago apretado y no pude probar todo lo que quería, eso sí, disfruté mucho las limonadas jengibre (recuerden que mi matri era 100 % libre de alcohol).
Comenzó el show. Llegó la cueca de mis sobrinos. Babero familiar. Hermosos, coquetos, finos. El tercer fue de uno de mis tíos conmigo. Lo decidimos así porque cuando él supo que no habría vals se puso triste, ya que pensaba que él bailaría conmigo (ya que mi progenitor no era invitado ni opción) y con la cueca esperé mitigar un poco la pena. Parece que funcionó porque estaba emocionado. Y agradezco que mi otro tío (esposo de mi tía favorita) no se pusiera celoso, porque siempre ha sido él como mi papá, pero no me reclamó vals, así que no lo incluí.
Comenzamos a hacer pasar a los invitados a sus mesas mientras le pedimos a la familia ir al sector de las letras 3D para unas fotos achoclonadas, luego fotos por familia en la terraza. Cuando eso estuvo listo ellos entraron y preparamos nuestro ingreso al salón.
Empieza a sonar “Panama” de Van Halen y luego de unos segundos de intro hicimos el ingreso a lo rockstar. Caminamos así hasta nuestra mesa. Ahí unas palabras de nuestra parte y luego brindis por parte de mi mamá y del papá de Luis. E inmediatamente comenzamos a tomar las fotos por mesa mientras servían la entrada, así que las fotos eran con mesa linda, una ordenada y otra desordenada. La última mesa fue la de nosotros con nuestros papás.
La comida riquísima y a temperatura perfecta. Todos los invitados quedaron felices con eso y nos lo comentaron. Los garzones y el servicio un 7. Tanto que Luis me decía “se nota la diferencia cuando pagas lo que corresponde y la calidad del servicio es buena”…yo me reía porque él encontraba siempre que hacer una celebración así era perder plata porque todo era caro.
Entre la entrada y el plato de fondo proyectamos un video que nos hizo una amiga. 1 canción, dinámico, divertido, preciso. Lo disfrutamos mucho. Luego, durante la cena, justo antes del buffet de postres fue el turno de mi baile sorpresa. El animador llamó a Luis al centro de la pista, le puso una silla y él no entendía nada. Me paré, le hice un gesto a mis amigas y me siguieron. Luis estaba desconcertado, mi mamá ansiosa, los invitados con cara de “¿qué viene?” Comenzó la proyección del video “Dear future husband” de Megan Trainor, al que le puse subtítulos en español y comenzamos a bailar la misma coreografía del video, así que íbamos coordinadas. La letra es chistosa así que Luis captó la humorada y no paraba de reir. Disfruté bailar a pesar de que fuera un poco incómodo hacerlo con el vestido. Cuando terminamos su reacción fue ir y darme un beso. Luego escuché varios “te pasaste”.
Minutos después el animador dice que mi familia nos tenía una sorpresa. Yo sabía y sospechaba que mi mamá algo haría, pero casi morí cuando veo una proyección de los Backstreet Boys a la que le pusieron subtítulos (chamullados) y me mandaban saludos. Exploté de risa. En eso empieza a sonar "Everybody" y pegué gritos. Aparecieron mis tíos, primos, sobrinos y mi mamá con gorros y se pusieron a bailar. Lo disfruté tanto y hasta nos sacaron a nosotros a hacer parte de la coreografía (como buena fan obvio me la sabía).
Llegó el momento del buffet de postres. Quería probarlos todos, pero tenía estómago reducido. Saqué tres, los probé, pero solo me comí la leche asada, ñami. Avanzó rápido y llegó el momento de nuestro primer baile.
Luces bajas, foco hacia nosotros y el tango empieza. “Entre tu amor y mi amor”, uno de los favoritos de mi abuela (la que me crió y murió hace menos de 3 años). Me olvidé del mundo y nos pusimos a bailar. El vestido me incomodó en los pasos en reversa, así que solo pudimos hacer una parte de lo ensayado y todo lo demás improvisado, jaja, lo bueno es que como el vestido era largo mis pies no se veían. Era una versión corta, de 1 minuto y medio, así que terminó. Nosotros inmóviles, aplausos de fondo y comienzan las notas de “Dj got us fallin’ in love again” de Usher. Nuestros amigos cómplices se acercan y comenzó nuestra coreografía. Full prendidos y un final con pose y confeti. Aplausos a rabiar y comienza la fiesta. De ahí que nos dicen que nuestro matri fue "El musical de Luis y Cata".
Bailes iban, bailes venían. Me puse las zapatillas de novia. Nos tomamos fotos con el marco personalizado, seguimos bailando. Lanzamiento del ramo y solteras bailando, lanzamiento de la camiseta de fútbol (solteros y casados saltando y armando desorden ahí), dijes para las solteras, corte de la torta, el que quería sacaba cupcakes.
La fiesta continuó por poco pensé que se apagaban, pero el show sorpresa ya estaba listo. Solo Luis y yo sabíamos lo que venía. Comencé a invitar a la gente a bailar, los iba a sacar de sus puestos, prendimos un poco la cosa y el dj cambia de merengue a electrónica lenta. Suena la cuenta regresiva, nadie entendía nada y aparecen los robots!!!! Ahí quedó la crema. Entraron todos a agarrar los glow sticks y bailar con ellos. Ni siquiera eran de los grandes, pero como todo estaba oscuro (más que lo que se ve en las fotos) se veían geniales. Nos hicieron jugar limbo al ritmo de “limbo” de Daddy Yankee, con Luis lo inauguramos y en ese momento entraba el cotillón. Nos pusimos nuestros cascos vikingos (no quisimos lo tradicional) y el choclón que pasaba el limbo recibía cotillón, el que en su mayoría tenía luces, así que la fiesta se transformó en fiesta led. Espuma artificial, confeti y todos saltando, tomándose selfies y bailando. Definitivamente eso prendió la fiesta y todos full agotados de tanto moverse.
Pero no todo es eterno. Yo pensaba que terminaríamos a las 5:00, pero no. Ya después de las 03:00 empezó a disminuir la cantidad de invitados y a las 03:40 Luis ya se sintió mal (por si no saben él tiene epilepsia y debe respetar sus horas de sueño, así que estar hasta esa hora y más encima con algunas luces era un gran esfuerzo). Lo llevamos a la habitación de los novios y empezamos a despedirnos, pero había familiares que me decían “nooo, yo no me voy” y yo respondía”no, si los que nos vamos somos nosotros”. Al final comenzaron a retirarse de a poco, pero entre que Luis descansaba y conversábamos igual fuimos los últimos en irnos como a las 05:00. Eso sí, me fui de jeans y zapatillas y me fui manejando. Fue tal el cambio que los garzones no me reconocieron a la primera.
Y bueno, así finalizó esa mágica noche. No me podía dormir. Al final dormí como 1 hora y me levanté a dejar el vestido para lavado en Macarena Palma. Lo retiré el día lunes y la ceremonia religiosa fue privada el día martes 23 al mediodía, solo un par de familiares y un par de amigos, por lo que fue íntima, sagrada y hermosa (porque pudimos concentrarnos en todas las palabras del convenio que estábamos haciendo entre nosotros y con Dios). Otros familiares nos esperaron a la salida. Sesión de fotos, almuerzo en un restaurant y al hotel del aeropuerto para tarde de bodas, dado que en la madrugada nos fuimos de Luna de Miel a Salvador de Bahía. Ese fue el comienzo de nuestra eternidad.
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