El matrimonio de Baird y Dany en Algarrobo, San Antonio

La novia normal se adapta a un matrimonio donde invita a los más cercanos y a los que debe invitar por protocolo. La novia loca saca a todos los que debe, aunque de verdad deba invitar y se lo pasa con sentimiento de culpa por no haber invitado a sus colegas, jefes, la amiga Juanita de su mamá o al amigo pepito de su papá.

La novia normal hace un matrimonio de noche, en un lugar archiconocido, que todos saben que es buena la comida y la atención. La novia loca busca lo más innovador posible, debe ser de día, debe ser en un lugar donde nadie de sus amigos lo haya hecho, debe ser lo más atípico posible y se vuelve confusa con ideas de originalidad.

La novia normal respeta los espacios de sus proveedores. La loca en cambio si se le ocurre una idea el domingo a las 3 de la tarde le escribe al banquero para planteárselas, luego le escribe de nuevo en la noche porque ya se arrepintió o le cambio algo y el lunes en la mañana lo corrige nuevamente.

La novia normal sabe qué zapatos quiere. La loca quiere estar cómoda pero también quiere zapatos de novia así que al menos termina con dos pares antes del matrimonio. Y unos ya se ensuciaron por intentar probarlos en terreno.

La novia normal confía en que la gente irá vestida adecuado. La novia loca cuando los invita les hace casi un dibujo de cómo deben asistir a su matrimonio.

La novia normal sabe que peinado le queda bien y como quiere su tocado. La novia loca no tiene idea y termina probándose tocados carísimos que no puede pagar, en un lugar que es muy difícil llegar para posteriormente decir ah, ya no gracias, con la mejor sonrisa .Y las amigas con tiempo perdido en su agenda.

La novia normal disfruta en silencio los preparativos. La loca en cambio sueña con el matrimonio, a las amigas ya las tiene sordas de tanto escucharla, le cuenta hasta al conserje de su matrimonio y anda con sonrisa de oreja a oreja porque está novia está tan contenta que se va a casar con el hombre que ama, con los invitados que no quiere y en el lugar que soñó. ¡Que ya no es una novia normal! ¡Es una súper novia con capa y todo!

La novia normal baila el vals de los novio, clásico, elegante. Los padres ensayan y están esperando ese momento especial. La novia loca decide bailar otra cosa, aun sabiendo que es más tiesa que un palo, le muestra a su novio un sinfín de vídeos en YouTube de novios haciendo un show, luego de grandes películas y cuando ya lo tiene el borde del colapso elige un baile que no tiene idea cómo va llegar a realizar.

La novia normal tiene un papá y una mamá. La novia la loca, y esto no es su culpa, es hija de padres separados entonces contra toda tradición entrará con los dos del brazo, aunque el padre biológico se infante al saber que el rol protagónico será compartido.

La novia normal quiere las fotos clásicas, no estar en el cóctel y posar... La novia loca le dice a los fotógrafos que no quiere perderse ni medio minuto y que estará en el coctel compartiendo... Y que quiere ser fotografiada en acción, disfrutando, riendo...

La novia normal deja que el novio elija con tranquilidad el traje. La loca metiche le sugiere el color que le queda mejor. No vaya a ser que al ocurrente novio termine disfrazado o con blanco como el chino Ríos.

La novia normal tira el ramo. La novia loca averiguó que puede ponerle cintas de colores y alargar el tiempo, e ir cortando las cintas, quedándose con unas fotos maravillosas llenas de alegría. Y luego tirará entre las últimas 3 que queden

La novia normal acepta que las amigas le organicen una despedida de soltera. La novia loca elige a las más amigas y le dice que no quiere extras ( ni cuñada, ni primas, ni amigas en segundo grado) quiere a las más cercanas solo porque en el fondo no quiere show , quiere despedirse de sus amigas como soltera, contando sus secretos , recordando tallas viejas e historias no aptas para todo el público

La novia normal entiende que su sobrina de 3 años no puede ser paje porque se pondrá a correr. La loca quiere verla. Con los anillos aunque vuelen por los aires.

Y el resultado fue: matrimonio en marzo, día viernes en la playa, a medio día, sólo 100 invitados en total. Y… ¡véanlo ustedes mismos!

Agradecimientos especiales:

Nicol de Noviosyyo: Sin ti y la Rena ese día jamás hubiese sido así de sublime.

Cristian Rebolledo: El mejor banquetero, decorador, organizador, etc.

Anita Acosta: Seca, maquillaje perfecto para mí.

Hans: Mi peluquero, un 7.

Vestido: La Igna se lleva todos los piropos.

Fotógrafos: Valerie y Alvaro, ¡los amo!