El matrimonio de Ariel y Vanessa en Providencia, Santiago
Al aire libre Verano Blanco 2 profesionales
A&V
11 Feb, 2021La crónica de nuestro matrimonio
"El día de nuestro sellamiento": Dormí en mi antigua casa con mi abuela. Desperté a las 7:00, me bañé y fui a la casa de Solange González a las 8:00, que me peinó y maquilló, lo que tomó 2 horas y media.
Llegué a la casa como a las 11:00 y me puse a coserle el peine al velo. Me saqué fotos con mi prima-amiga Estephani, con mi tío regalón y con mi abuela (ellos no pudieron ir, mi abuela está enferma). Se me ensució la cola del vestido y mi tía Vilma me lo limpió.
Afortunadamente, terminó justo cuando llegó mi cuñado con el Ariel y mi suegra para llevarnos al templo. Llegamos un poquitín atrasados (debíamos estar a las 12:30), pero todo bien.
Para el sellamiento nuestros testigos fueron mi papá y mi suegri. En ese momento por fin nos pudimos poner argollas de casados. Salimos a la sesión de fotos en los jardines del templo, pero como cerraban temprano, la sesión siguió en la calle hasta que llegamos a un parque. Fue super chistoso porque todos nos miraban. Menos mal que andaba con mascarilla o verían mi cara roja. A excepción de un grupo que nos gritó "¡Arrepiéntanse!" a modo de broma, la mayoría tocaban la bocina, nos felicitaban y decían "¡Vivan los novios!".
Seguir leyendo »Una señora salió al patio de su casa y me gritó "Linda! Te ves preciosa!!" Ja, ja, ja Así que mientras llegábamos al parque íbamos respondiendo los saludos a la vez que nos sacaban fotos caminando y con nuestras familias. Ya en el parque la sesión fue solo de los dos. Fue muy divertida y hermosa. Al terminar nos fuimos a casa, donde nos esperaban los poquitos invitados que la pandemia nos permitió tener. Comimos los canapés, tapaditos y pastelitos encargados, así cuando llegaron las 150 piezas de sushi los invitados estaban casi satisfechos. Bailamos Flightless Bird, American Mouth (Wedding Version) como vals (sin ensayo previo, ya que ni sabíamos si podríamos realizar alguna celebración). Tiré el ramo, que lo recibió mi concuñada Paula mientras el Oscar salía corriendo. Y partimos la torta.
Finalmente, los invitados comenzaron a irse, ordenamos y limpiamos la casa, dejamos todo listo y nos preparamos para ir a dormir. Sin embargo, pese a que ya llevábamos 9 meses casados por el civil, esta vez fue un poco diferente, porque ahora éramos compañeros por la eternidad.
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